Del 10 de septiembre al 10 de octubre, se multiplicaron las campañas, cursos, talleres referentes al comportamiento humano y su cuidado físico y mental.
El día de la prevención del suicidio y el día mundial de la salud mental, respectivamente, echaron andar el activismo de los profesionales de la salud para compartir herramientas y técnicas a la ciudadanía que busca una vida placentera, equilibrada y con cero autolesiones o ideaciones de quitarse la vida.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) evaluó en el 2020 una media nacional de 6.2 por ciento sobre una tasa estandarizada de casos por cada cien mil habitantes, por lo que Coahuila se ubica en el lugar número 5 con 8.6 y Durango con 7.1, ambos sobre la media nacional.
A como va el registro de número de casos de suicidio en 2021, el año cerrará con más, lamentablemente, y la entidad duranguense es la que tiene encendidos los focos rojos.
¿Una muestra? En recientes semanas, hasta tres casos de suicidio se han suscitado en un período de 48 horas, al menos en tres ocasiones.
De acuerdo a las cifras de la Fiscalía del Estado de Durango, el 2020 cerró con 131 casos, pero al día de hoy lo rebasamos, al contabilizar 146 de acuerdo a la cifra proporcionada por el Secretario General de Gobierno Héctor Flores, 15 más y aún le quedan 59 días al año.
Apenas digerimos la noticia sobre la última decisión de aquella persona, cuando conocemos que hay otra más. El nombre, la edad, el sexo, condición social matizan el contexto, pero el fenómeno es el mismo: suicidio.
De pocos medios de comunicación, por cierto, porque los hay tradicionales y/o digitales que prefieren callarlos, considerando que es la mejor estrategia informativa para ofrecerles a las audiencias, descontando su derecho al acceso a la información, el derecho a saber.
Lo acepto. Hay historias tan crudas, que es preferible no conocerlas, pero insisto, callarlas no significa que no ocurrieron.
Ahí está la que sucedió en la colonia Hacienda el Refugio de Gómez Palacio, Durango, tan cruda como todas las anteriores, pero con la peculiaridad (por no decir macabro) accionar de su pareja, que lo supo, lo vio y no hizo nada para evitarlo.
Lo informó la titular de la Fiscalía en Durango, Ruth Medina Alemán. Ya se abrió una carpeta de investigación al respecto.
O el accionar de un joven que movilizó a su madrasta al verlo tirado en el baño con un cinto enredado al cuello.
La mujer llamó al 911 para pedir auxilio y al llegar al lugar los elementos de la Policía Municipal, el chavalo se levantó corriendo diciendo que todo era una broma.
El aumento de casos de suicidio preocupa, sí, pero de igual forma el modo en que estos se presentan y la seriedad con que se toma el tema.
El fenómeno de este enemigo silencioso es multifactorial y se ha convertido en un problema de salud pública, que si bien, su primordial trabajo es la prevención, pero no el único, la intervención y postvención son tan elementales como la primera.
Mucha chamba para el Estado. PrimeroPersona.