Hay que decirlo: Sasha Sokol logró que cambiara la ley, y para bien.
Ayer, la Suprema Corte de Justicia de la Nación publicó las tesis jurisprudenciales 200/2025 y 201/2025, que establecen de manera obligatoria que las víctimas de abuso sexual infantil en México pueden exigir reparación del daño sin importar cuánto tiempo haya pasado.
Este proceso se litiga desde 2022, cuando la cantante decidió alzar la voz contra quien fuera su productor y “novio” cuando ella tenía apenas 14 años y él 39.
Tras amparos y recursos legales, hoy quedó escrito: este es el antecedente que todos los jueces del país deberán citar en casos de este terrible origen.
O mejor aún, podría ser el aviso que impida que alguien crea que la impunidad seguirá reinando.
El que la reparación sea imprescriptible calla a esas turbias voces que siempre preguntan: “¿por qué tardó tanto en denunciar?”. Porque el abuso es devastadoramente difícil de procesar, y toma el tiempo que toma.
Sasha lo subrayó ayer en un comunicado que no deja dudas: todo el difícil camino valió la pena.
Que los involucrados fueran famosos no es un detalle frívolo, es parte de la razón por la que el país —y la ley— volteó a ver. Y no se trata de dinero, sino de proteger a los menores de edad.
Sasha puso su nombre, su visibilidad, sus recursos y sus emociones en la línea para llegar hasta aquí.
Eso no se da por hecho ni se debe minimizar: usar la fama para abrir un camino de justicia es un acto tan valiente como transformador.
Hoy, gracias a Sasha Sokol, la ley ya está del lado de las víctimas en estos —demasiados— casos.