¿Se acuerdan de los finales de viernes, cuando teníamos que esperar todo un fin de semana para saber qué pasaría con nuestros personajes melodramáticos preferidos, porque así era la vida y la televisión?
Si no lo saben, pregúntenle a sus madres y abuelas. Ahora cuéntenme ¿Ya cayeron víctimas, ya sea por placer culposo o por simple encuentro algorítmico, ante los ReelShorts? Yo empecé, pero me comenzó a dar la ansiedad que siento cuando estoy comprando en línea o llegando a un casino con muchas maquinitas de colores.
Tomé un respiro y descubrí que podía sobrevivir sin saber qué pasaría con el quaterback estrella que estaba casado sin saberlo con la CEO de su equipo de futbol. Lo que sí sentí necesario entender era por qué mis receptores que disparan mis impulsos adictivos, se alebrestaron cuando me empecé a encontrar esos pedacitos de telenovela gringa mal accionada en mi Instagram.
Estos dramas verticales, son ya asuntos viejos pero efectivos en China. Se reporta una industria de alrededor de 5.5 mil millones de dólares solo ahí en los últimos años. Si, creando versiones mucho menos buenas que La rosa de Guadalupe, repitiéndote escenas antes de que puedas escrollear para no verlas y generando una necesidad de tener la resolución del mini drama, aunque sea por única vez.
Pues eso, mis queridos amigos, me hubiera costado 80 dólares si mi adicción me hubiera ganado, porque es lo que costaba la resolución de la historia del quaterback y la CEO encubierta. Pero sabemos bien quienes estamos en redes que un solo clic es un error casi irreversible porque ya saben que somos potenciales víctimas.
Ahora que muchas de estas historias se están haciendo en español, les dicen Telereels, tengamos cuidado porque el melodrama lo traemos en la sangre nos guste o no.
