Hace unos años, el Wall Street Journal publicó una investigación donde, con testimonios de quienes trabajaron ahí, describieron como es que Facebook e Instagram perfeccionaron su algoritmo para capturar a menores de edad (y su información) motivando sus peores inseguridades y agregando leña al fuego de la crisis de salud mental que de por sí ya se vive en estos tiempos. Esta semana, 33 de los 50 estados de nuestro vecino del norte demandaron colectivamente a Meta, la compañía de Mark Zuckerberg, por no pretender siquiera poner protecciones o ajustar sus cálculos para evitar esto. Es algo muy relevante a nivel mundial.
Soy de esas que agradecen día con día que no crecí con las redes sociales dictaminando lo que es bueno y bello cada minuto del día. De la que cometió muchos de esos errores que te marcan de por vida más o menos en privado y no ante el mundo entero (luego entré a los medios y arruiné eso, pero es tema aparte)..También me la paso observando a donde quiera que vaya a jóvenes y no tan jóvenes haciendo las posturas más absurdas en la vida real para subir a su vida falsa y digital. Y aun con esto en mente todo el tiempo, me queda claro que soy tan víctima de esos algoritmos como todos.
Hace unos meses busque varias cuentas sobre el movimiento de Body Positivity y sus detractores en distintos lugares, y desde entonces Facebook no se cansa de recomendarme tanto personas que abogan por la obesidad como modelo de belleza, como a aquellos que han hecho una carrera de insultarlas. Nunca hubiera buscado el tema de no ser porque estaba escribiendo un artículo al respecto y ahora diario el algoritmo pone a prueba mi morbo aventándome las cosas más horribles al respecto. Ojala esta demanda cambie algo. Lo dudo, pero ojalá.
