Desde que llegamos a Hong Kong comentamos que nos sentíamos en un videojuego. Luces por todos lados, prisa real, montañas que rodean la ciudad y miles de historias cruzándose sin pedir permiso. Así que cuando, en el evento de Disney+ al que venimos, se escucharon gritos —especialmente de los medios japoneses— al anunciar que Hideo Kojima llevará Death Stranding a serie, todo tuvo más sentido.
Para quien no lo conozca —yo incluida— Death Stranding no es un juego “raro”. Es una experiencia narrativa global con más de 20 millones de jugadores, disponible en PlayStation y PC, con una versión Director’s Cut que sigue activa en Twitch en español. Y en México —uno de los mercados de videojuegos más grandes del continente— su comunidad también lo celebra. Los gamers mexicanos con los que hablé al menos de dijeron que aman a Kojima.
Por eso la alianza con Disney+ llama la atención, hoy las compañías buscan historias que crezcan en distintos formatos. Mundos. Universos con comunidades ya formadas. Si los labubus que vimos invadir Hong Kong ya dieron el salto al cine, lo de Kojima puede tener un impacto enorme; solo si a los jugadores les gusta lo que verán fuera de la consola.
Los compañeros basados aquí decían que Hong Kong se ha vuelto un punto clave del entretenimiento asiático. No es que todo se produzca aquí, pero sí llega antes de cruzar a nuestro continente. Y aunque, por ejemplo, Andor no se filmó aquí, entre rascacielos hipermodernos y corredores oscuros y húmedos era fácil sentir esa inspiración de ciencia ficción que la ciudad provoca sin intentarlo.
El anuncio de Death Stranding: Isolations —junto con los previos asiáticos de Disney+— reunió a más de 460 medios internacionales y dejó claro algo que ya se siente en el ambiente: Hollywood hoy es mucho más un concepto que un lugar en el mapa.
