Hay una industria completa dedicada a odiar a la joven actriz Rachel Ziegler y eso no está bien. Una vez dicho esto, he querido entender varias cosas respecto al caos que por ya varios años lleva Disney con la versión live action de Blancanieves y, entre otras cosas, responder la pregunta de por qué aún quieren estrenar el proyecto que peor prensa y opiniones del público ha tenido en la historia de un siglo haciendo cine.
Ziegler no ayuda en absoluto; si sus desplantes y terribles declaraciones sólo tuvieran que ver con callarle la boca a todos los que odian que una mujer de origen colombiano y polaco interprete el clásico rol, le estaría aplaudiendo de pie. Pero para la mitad del mundo que piensa que todos los problemas que hay hoy en la sociedad tienen que ver con lo woke y la inclusión forzada, no podrían haber elegido a peor personaje que una chica que declara que odiaba la cinta original, que quiere desaparecer al príncipe, porque es un stalker y, quien, según el más reciente trailer, obliga a los pobres mineros (sean de la estatura que sean) a limpiar arduamente su casa después de trabajar por horas en lo que está más que documentado es el trabajo más pesado y peligroso de todos los tiempos.
Aun así, la verdad no me importaba mucho. Si bien la cinta es el primer gran clásico de Disney, hay mucho que siempre hay que reinterpretar de los Hermanos Grimm. Y tampoco es la primera vez que la reina malévola es mucho más hermosa que Blancanieves (¿Charlize Theron vs. Kristen Stewart?). Considerando que ya van cinco versiones que muestran a públicos de prueba y nada funciona, ¿sería imposible que Disney aplicara la de no estrenarla y meterla como una deducción de impuestos por proyecto fallido? Por otro lado, muchos no sabrán esto, yo recuerdo que la prensa no se cansaba de decir que Titanic de James Cameron se hundiría como el barco; el resto es historia.
