Hay que entender que nadie, exceptuando probablemente a Putin, quiere que la tragedia de la invasión de Rusia a Ucrania escale aún más. Estamos al borde de una crisis mundial como ninguna otra en 80 años. Así que por el momento lo que cada sector puede hacer desde su trinchera, para lograr cerrar los recursos a este hombre y buscar una resolución por ahí, es lo que nos queda a la mayoría.
El espectáculo ha sido tan consistente como el deporte y las demás cosas que compartimos a nivel mundial. Claramente, no tiene el mismo impacto dejar de estrenar The Batman o que el Festival de Cannes descalifique a toda la delegación rusa de participar, que cerrar las transacciones comerciales y banqueras con el país. Sin duda, son noticias que resuenan al hablar de mostrar un frente en común en contra de la tiranía absoluta que estamos viendo en acción y siguiendo de manera enferma por redes sociales.
Por eso que Benedict Cumberbatch haya usado su plataforma al recibir una estrella para expresarse al respecto en Hollywood es relevante. Lo mismo con el anuncio de Universal Pictures respecto a sus próximos estrenos. Y así las noticias desde la industria del entretenimiento. No es que estas cosas en sí vayan a cambiar la historia. Pero sí hará imposible que hasta los más distraídos vean que esto no es un conflicto que se pueda ignorar. La neutralidad es complicidad en casos como este. La esperanza es que cada uno desde su lugar en el mundo logre que las sanciones signifiquen lo suficiente para que esto no pase de noche y no acabe en algo aún más terrible.
@susana.moscatel