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The Libertines está de regreso

  • Columna de Sofía Reyes
  • The Libertines está de regreso
  • Sofía Reyes

A semejanza del escritor William Burroughs, quien tras descubrirse con los zapatos puestos durante meses, llegó como pudo a Tanger para tratar su adicción a la heroína, nuestro músico contemporáneo Pete Doherty fue al centro de rehabilitación de La Esperanza, a las afueras de Bangkok. Dos lugares exóticos, dos tiempos diferentes, una misma droga.

Los detalles de la desintoxicación de Doherty son escuetos, pero en las fotos se le ve sobre un elefante, conviviendo con niños y recuperándose de una imagen deteriorada, no solo físicamente sino ridículamente expuesta, ya sea tirando frente a un juez un poco de sobres de heroína, departiendo con la fallecida Amy Winehouse o cultivando la exposición de ser el Robin Hood de los junkies londinenses.

Su música fue determinante para una generación sobre cómo se viviría la música británica y no importaba si Doherty decidía pincharse las venas o ser el vago novio de la semidiosa Kate Moss: había un sustento que perduró en una carrera que tuvo pocos años.

The Libertines volvió siendo Pete Doherty, Carl Barat, John Hassall y Gary Powell, y son el cuarteto, ya no de Liverpool sino de Londres; su regreso a la música ha sido motivo de boletos agotados en todos los escenarios que han visitado, su más reciente producción Anthems for Doomed Youth y su presencia en México en octubre es digna de someterse a un juicio de optimismo. Uno donde la estrella caída en desgracia, Doherty, puede levantarse y encontrarse a un Carl Barat bronceado y en forma, y así, juntos afirmar que estos son “tiempos de héroes”, como lo dicen en una canción.

Pero esta quizá no es más la época de los héroes, sino de internet, y esa constante duda hecha hashtag sobre si Doherty volverá a las andadas y nos bañará a todos con su sudor tóxico en el próximo Corona Capital, o si hará algún numerito que dé fin a los sueños de la audiencia, le pone dramatismo y nos hace preguntar: “¿Por qué no podemos tener nada bonito?”.

Lo que es cierto es que su primera visita a México tiene a la expectativa a los seguidores, ya no tan jóvenes, que prestarán garganta y puños en alto a una banda cuyos escándalos no opacaron la grandeza de sus canciones, aunque quizá para no echarle leña al fuego, podríamos olvidar al joven Doherty allanando la morada de Barat.

Twitter: @soft_reyes

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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