En México, la trata de personas es un tema del que no se habla lo suficiente. La dimensión de este problema es verdaderamente espantosa y tiene como principales víctimas a niñas, niños, adolescentes, jóvenes y mujeres.
Nuestro país es el principal productor de pornografía infantil en el mundo, expertos estiman que alrededor de un 60% del total de la producción pornográfica es hecha en México. La Organización de la Naciones Unidas nos ubica como el quinto país en comercio sexual infantil, al menos 250 mil menores participan en esta actividad.
Las cifras no paran ahí, somos el primer lugar de los países miembros de la OCDE, donde más violencia física, abuso sexual y homicidios se cometen en contra de menores de 14 años.
El crecimiento de la trata de personas se encuentra estrechamente ligado a la corrupción y a la impunidad. Estamos hablando de la tercera industria criminal que mayores ingresos reporta, recaudando anualmente hasta 36,000 millones de dólares, sólo detrás del tráfico de drogas y de armas.
“Si bien es cierto que la trata de personas no discrimina sexo, edad, origen étnico o situación socioeconómica, entre el universo posible de víctimas potenciales, se encuentran aquellos grupos e individuos que sufren exclusión y discriminación, que viven en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica y/o sufren carencias afectivas o emocionales” (UNAM).
Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿estamos haciendo lo suficiente para erradicar y eliminar este problema?, ¿se investigan y sancionan las redes de corrupción que alimentan este mal?, ¿estamos protegiendo a nuestros niños?, ¿cuidamos a los más vulnerables o los vemos solamente como una cifra?
El investigador Mauricio Padrón afirma que 14 millones de personas en nuestro país no cuentan con identificación oficial o registro de nacimiento, dicho número de habitantes “invisibles” equivale a la población total de Chile. Sin registro, esas personas no existen para el Estado y son blancos ideales para este tipo de delitos.
En el tema de la trata de personas y del abuso infantil, se necesitan respuestas, urgen acciones. Hay un triste submundo que no estamos volteando a ver.