Quedan alrededor de 130 días con disponibilidad de agua para una parte muy importante de la Ciudad de México y del Estado de México. Las dos entidades que mayor número de mexicanas y mexicanos albergan.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, el llamado “Día Cero” llegaría el próximo 26 de junio, pero los recortes en cientos de colonias ya comenzaron.
Hablamos de que en estas dos entidades viven más de 26 millones de personas, por lo que una crisis prolongada tendría escenarios aún más catastróficos que los que presentó Nuevo León hace unos meses.
El año pasado llovió muy poco y los estragos se sienten en todo el país. En Tamaulipas, por ejemplo, una tercera parte del estado se encuentra en condición de sequía extrema, mientras que en Sonora y Chihuahua hablamos del 50% del territorio.
A este escenario hay que agregar una variable que a todos preocupa: la temporada de calor apenas está comenzando. El Gobierno Federal ha dicho que el tema se está atendiendo, pero la realidad es que urge una declaración de emergencia y una reasignación de recursos.
El Instituto Mexicano para la Competitividad ha documentado cómo, a pesar de que 2023 fue un año de enorme sequía, a la Comisión Nacional del Agua se le recortó el 13% del presupuesto en comparación con lo asignado en 2023.
Hablamos que considerando la inflación, la reducción es de más de 9 mil millones de pesos que ahora mismo se están necesitando para tomar todas las medidas posibles, como lo es el mantenimiento y la renovación de infraestructura para evitar fugas.
Las 210 grandes presas del país que almacenan el 92% del agua de todos los embalses de México tienen un nivel promedio del 50% de su capacidad.
Ahora mismo entre todas las presas registran un almacenamiento de 63.7 millones de metros cúbicos, cuando su promedio histórico a febrero es de 86.6 millones de metros cúbicos.
El déficit es de más de 22 millones de metros cúbicos, pero el problema se acentúa en ciertas regiones. De esas 210 presas, 116 están por debajo del 50%.
Es un panorama en el que debe haber toda la responsabilidad. Es una sequía muy prolongada y el tema del agua no ha estado en la agenda del gobierno en la justa dimensión del problema.
El futuro nos alcanzó con un presente donde estamos pagando todo lo que se dejó de hacer por cuidar el agua.