La semana pasada fueron detenidas cuatro personas fuertemente armadas que provenían de diversos estados a Atotonilco de Tula, sin embargo, ni el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, ni el encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo, Santiago Nieto Castillo, han precisado si estos individuos tienen nexos con lo sucedido en una cancha de futbol rápido ubicada en el fraccionamiento Casas Quma, Paseos de la Pradera, donde resultaron muertas seis personas tras la balacera de la noche del antepasado domingo.
Esto deja muchas interrogantes por la falta de respuesta de la autoridad, que le dé tranquilidad a la percepción ciudadana, que hoy en día tiene muy mal calificado al encargado de la Seguridad del estado.
Aunque la aceptación que tiene la fiscalía del estado está en nivel medio alto, eso nos deja comprender que estas dos instituciones no están en el mismo camino para resolver problemas tan graves como este.
No es cosa nueva lo que está pasando en esta zona porque la mayoría de la gente que habita en este fraccionamiento ni siquiera tiene identificaciones locales, solamente vienen a refugiarse por la cercanía de sus víctimas que están en el Estado de México y la Ciudad de México y se puede pensar que es un ajuste de cuentas entre bandas.
Lo que deja mucha preocupación y es una llamada de atención que eso pase como desapercibido de parte de la autoridad lo que puede ser de alto riesgo en la zona de Tula, que siempre ha sido un punto de conflicto entre varias organizaciones criminales que se disputan el control por la abundancia de ilícitos como robo de autos, de combustible, trata de personas, y es un refugio seguro para ellos y sus cómplices.
La gente de Tula de Allende lleva décadas de sufrir esto, mencionan que no hay ningún interés de parte del departamento de la seguridad de ayuntamiento de resolver la situación.
Sabiendo cómo es el gobernador, confiamos en que no dejará este caso en la impunidad.
