La Luz del Mundo celebró el día de ayer la Santa Cena en 26 países con 40 sedes en 4 continentes. Por primera vez en la historia del cristianismo contemporáneo, miles de creyentes en Europa, África, Asia, así como Centroamérica y Suramérica, participaron de la ceremonia más importante de la fe en sus países, en una fiesta religiosa que inició en Israel, en Jerusalén, siguió en Bélgica, España, Reino Unido, Francia y otros países europeos, brincó el Atlántico para seguir en Argentina, Chile, Uruguay, Colombia y terminó en los países centroamericanos.
Una vez, el apóstol de Jesucristo, hermano Naasón Joaquín García, convocó a los creyentes que, en esta ocasión, no viajaron a la ciudad de Guadalajara, Jalisco en México, sino que recibieron a los enviados del apóstol en algunas de las 40 sedes. Y una vez más, la preparación espiritual de cada creyente requirió de oración, de fe, de un auto análisis y de una búsqueda constante de Dios y de su hijo Jesucristo.
La Santa Cena es la conmemoración de la última cena que Jesucristo tuvo con sus discípulos antes de su muerte; es la precuela de su sacrificio por la humanidad, a fin de abrir las puertas de la vida eterna a los creyentes. También anuncia y proclama una segunda venida de Jesucristo, ya no para un nuevo sacrificio de muerte sino para llevar consigo hacia la eternidad a su Iglesia. Y, principalmente, es la oportunidad para los creyentes de volver a ser uno con Dios, con Cristo y con el apóstol de Jesucristo.
Esa unicidad de tan solemne festividad religiosa es lo que distingue a la Santa Cena que, en esta ocasión, ha alcanzado el adjetivo de global. Es así porque ahora se desplaza a niveles globales y se extiende a lo largo del año debido al crecimiento exponencial de la Iglesia en más de 60 países. Este año, por ejemplo, en el mes de febrero se llevó a cabo el mismo evento, pero en Australia y el Caribe, y se volverá a realizar en Guadalajara, Jalisco, en el mes de agosto, aunque únicamente asistirán delegados de la Iglesia en México.
Así, con trabajo, constancia y fe, los creyentes de la Iglesia continúan su camino a la eternidad, guiados por el apóstol de Jesucristo, hermano Naasón Joaquín García.