Ayer se cumplieron tres años del llamamiento al apostolado del hermano Naasón Joaquín García. Fue un momento en el que Dios y el apóstol de Jesucristo tuvieron su primer encuentro. Descrito en su primer misiva enviada a finales de diciembre de 2014 y enviada a la iglesia, el apóstol redactó el momento que había vivido: “Ahora era distinto… Él estaba presente… ¡Ahí, frente a mí! ¡Hablándome directamente! Dándome instrucciones”.
La historia reciente de la Iglesia, la inmediata, la de esta nueva era apostólica, ha sido escrita con trabajo, con esfuerzo, con dedicación y, en fiel cumplimiento a la promesa de Dios anunciada esa mañana del 8 de diciembre de 2014, también con consuelo. Bajo la dirección apostólica de Dios en el hermano Naasón Joaquín, el diseño de estrategias de planeación a largo plazo y de alcance global ha sido la constante, tanto en materia de evangelización como de administración institucional. De la mano va el éxito garantizado por Dios en cada capítulo de historia que se ha escrito. De la mano, también, la era de globalización en la Iglesia continúa expandiéndose a cada país, con grupos de misioneros jóvenes que se encuentran estudiando y preparándose en otros idiomas distintos al nuestro.
Pero todo esto hace tres años no era conocido. Tales propósitos no fueron develados a la Iglesia sino hasta el día 14 de diciembre. Esa semana que fue del 8 al 14 de diciembre de 2014, miles de hermanos que pudieron estar en Hermosa Provincia, en Guadalajara, hicieron su viaje hasta esta ciudad. Fue una semana en la que nadie dormía, ni los que de fuera habían llegado, ni los que viven en Hermosa Provincia. La espera, la extraña tranquilidad, el pasar de esos días, la oración, fueron lo característico del momento. Luego todo cambió.
Los misterios de Dios luego fueron revelados a su elegido, al apóstol de Jesucristo, hermano Naasón. En su conversación con el Creador recibe una instrucción: no informar a la Iglesia de lo que Dios había prometido. No lo haría sino hasta el domingo 14 de diciembre. Entonces el tiempo deja ser el paso de los minutos o las horas para convertirse en el espacio que Dios actúa, obra, habla, convence, transforma, prepara el momento.
Así llega la madrugada del día 14. La Iglesia reunida en las calles con el rostro cansado por los días previos, ora, canta y continúa en espera. Después llega el momento y se escucha el nombre de Naasón Joaquín García y sin saber, sin entender del todo lo que sucede, el alma de los creyentes actúa y brinca, grita, reacciona. Y entonces el lloro deja de ser para dar paso a la alegría, a la paz, a la tranquilidad, al consuelo prometido. Y entonces el tiempo del apóstol de Jesucristo, hermano Naasón Joaquín llega.
Ahora, tras haber entendido el propósito de Dios y sus designios, la Iglesia la Luz del Mundo camina segura bajo el manto de la elección apostólica. Lo hace con profunda convicción y reconocimiento a Dios, al Creador de todas las cosas, porque el tiempo de La Luz del Mundo ha llegado.
www.sarapozos.mx
