La situación en el área metropolitana no da para más. Estamos muy cerca de los peores años violentos que alguna vez presenciamos, pero muchos prefieren hacerse los tontos y escupir culpas hacia terceros. ¿Saben por qué no estamos azorrillados del todo? Los delincuentes aprendieron hace tiempo que debían bajarle dos rayitas a su estrategia de generar terror, porque lo principal es evitar que las fuerzas armadas vuelvan controlar las calles.
Pero la actualidad es muy diferente: tanto Monterrey como San Pedro son testigos de luchas de poder entre grupos poderosos (mafias políticas y narcos). Ante este conflicto, los actuales alcaldes no han logrado tranquilizar el panorama por sus propios defectos e intereses cruzados. Y si le sumamos un gobierno estatal que dejó que Fuerza Civil se gangrenara desde adentro, pues… el combo es letal.
Claro que de Miguel a Adrián hay un mundo de diferencia, pero toparon de la misma manera. El independiente nunca entendió que Mauricio sigue dominando su feudo. Quiso imponer un secretario de seguridad, a quien las mafias le habían bajado el pulgar y no había posibilidad de un pacto sostenible. ¡Ah, sí! Porque tener un municipio blindado es sinónimo de pactos con los criminales. ¿No lo sabías?
A la vez, Adrián se empantanó (literal), debido al desmadre electoral y se le metieron hasta la cocina porque prefirió priorizar otros temas. Y eso que debiera ser el mejorcito en el rubro de seguridad; una mentira proselitista que suavizaron los millones de dólares que la cúpula del PRI nacional decidió invertirle pensando en la próxima gubernatura.
Resumen: Estamos a nada de una masacre que nos quitará el sueño. Ya está todo perfilado para que ocurra y los verdaderos actores intelectuales serán los políticos que manosean nuestras vidas debido a su falta de escrúpulos e incapacidad para gobernar.
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