Política

Inteligencia artificial Vs. Oficio natural

  • Terco Digital
  • Inteligencia artificial Vs. Oficio natural
  • Salvador Peynado

Esta semana viví una anécdota y leí una nota que me abrieron un ángulo distinto sobre la IA y sus implicaciones. Un estudiante que está por graduarse me confesó su inquietud típica de la edad: “¿Cómo voy a conseguir empleo y a qué me voy a dedicar? Hoy compito contra gente mejor preparada… y también contra la IA”.

Y, en contraste, Apple anunció que el nuevo intro de Apple TV fue creado totalmente a mano, una declaración de que en un proceso verdaderamente creativo el oficio sigue teniendo valor propio. Le invirtieron más dinero y mucho más tiempo del que hubiera requerido hacerlo solo con software… o incluso con inteligencia artificial.

Hoy vivimos una paradoja en nuestra forma de aprender y desarrollarnos. La IA te da ideas, guiones, copys, diseños, estrategias y hasta un plan de ventas. Todo con un clic. Y entonces surge la pregunta incómoda que muchos prefieren ignorar: ¿por qué alguien pagaría por algo que también puede hacer con IA?

La respuesta fácil, la que se repite constantemente para justificar esta nueva era, es: “por el criterio de quien sí sabe usar la IA”. Pero la respuesta completa, la que nadie se atreve a decir, es otra: la IA no sustituye un oficio natural.

La IA es un motor brillante, pero tú eres quien las convierte en realidad. Y eso requiere un oficio de verdad. No “habilidades generales”, no “soy creativo”, no “me defiendo con la cámara”, no “me gusta vender”. Hablo de oficio: práctica, repetición, cicatrices, técnica, instinto y horas acumuladas.

Puedes pedirle a la IA un guion perfecto para vender, pero vender de verdad… eso es oficio de un vendedor: leer objeciones, sentir al cliente, improvisar, negociar, cerrar.

Puedes pedirle a la IA un guion hermoso para un video, pero filmarlo, iluminarlo, editarlo, o hablar frente a cámara sin temblar… eso es oficio de videógrafo, fotógrafo, creador o conductor.

Y ahí se rompe la paradoja. La IA democratiza la creación, pero no democratiza la ejecución.

Las ideas se volvieron abundantes. El oficio sigue siendo escaso.

La IA puede entregarte velocidad, volumen y variaciones infinitas, pero no puede garantizar un resultado. Genera impulso, sí, pero el rumbo no viene del algoritmo, viene de tu oficio. Porque una cosa es producir ideas y otra muy distinta es convertirlas en algo que funcione en el mundo real. Ahí es donde aparece la diferencia entre quien solo aprieta un botón y quien tiene la capacidad, y la práctica, para llevar una idea hasta la línea final.

La paradoja se resuelve así: la IA no elimina oficios; los expone. No borra habilidades; las desnuda. No te vuelve reemplazable; te obliga a especializarte. En pocas palabras: ¿eres o te haces? Programador, diseñador, fotógrafo, vendedor, comunicador… Un avatar o la IA no pueden reemplazar tu oficio, a menos que decidas quedarte en medio: entre usar la IA sin ejecutar y quienes sí actúan con oficio natural. En ese punto neutral, tus posibilidades se vuelven mucho menores

La IA vino a dejar al descubierto quién tiene oficio. Y aunque no lo digas en voz alta, aparece la pregunta incómoda: ¿de qué estás hecho? ¿Cuál es ese oficio que te vuelve irremplazable, con o sin IA, y por el que otros sí te buscan, sí te contratan y sí te pagan?


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.