Desde hace unos días algunas mujeres han reportado ser pinchadas en el metro, metrobus y calles de la Ciudad de México, incluso nuestra compañera reportera Areli Lorenzana caminaba frente a la Alameda cuando sufrió una lesión en el brazo y gracias al apoyo de su compañero camarógrafo Kevin recibió atención médica inmediata.
A decir de la titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Bertha Alcalde, se tienen 41 denuncias de usuarios: 33 casos en el metro, 4 en el metrobús, 1 en el Pumabús y 3 en la vía pública, señalando que todos fueron atendidos, con base a un protocolo. Y aclaró que “Únicamente en cuatro casos se ha detectado la presencia de alguna sustancia en el organismo de la persona afectada. Estas sustancias corresponden a diferentes estupefacientes y están siendo analizadas”.
Aquí es importante saber que un pinchazo causa dolor en la zona, si no se atiende se puede infectar y que si toca alguna arteria o nervio es peligroso. Y si lleva sustancias químicas provoca sueño intenso.
Mientras se descubre el motivo que tienen los autores de los pinchazos, la situación nos revela que hay personas sembrando terror. Nos quieren obligar a ver que no estamos seguras en los espacios públicos. Si las chicas solían tomar una siesta mientras viajaban, hoy no es así. El miedo de ser atacada se apodera del ambiente.
¿Y cuál es el miedo? Que nos duerman y nos violen, porque llama la atención que sólo mujeres son picadas.
Hoy el tema ya se politizó, los de la derecha entran en alarma y los de la izquierda minimizan el tema.
Autoridades señalan que ya hubo tres detenidos, dos quedaron libres y solo a uno se le encontró una jeringa, por lo que está en prisión preventiva por robo.
Algo es claro: no podemos dejar de vivir solo porque a un, o unos locos se le ocurrió hacer esto. La autoridad debe capturarlos. Esperemos que esos policías infiltrados den resultado y los atrapen.
Desde nuestra trinchera ayudemos a quien sufra un pinchazo, no dejemos que el terror reine, ni alimentemos el ego de quien lo ejerce, porque esos sujetos son agresores y cometen un delito de lesión, que debe ser castigado.
