Sociedad

Paro Nacional: el día después

La decisión de dedicarte a ti, hijita mía, algunas de las cuestiones que de tiempo atrás han ocupado mi reflexión personal que ahora te comparto, precisamente el día después en que fui testigo de tu libre decisión de ausentarte por un día, como un acto simbólico al que libremente se sumaron muchas más mujeres mexicanas dispuestas a reivindicar y hacer sentir su indiscutible valor político, su peso económico e insustituible presencia en esta por demás convulsa sociedad mexicana de hoy; únicamente obedece a que no encontré manera más honesta de expresar y hacer sentir mi respeto, empatía y solidaridad hacia las legítimas causas que se aglutinaron en torno al llamado Paro Nacional.

Y es que tu existencia, hijita mía, así como la de cada uno de tus dos hermanos varones, son el signo más preciado del amor, al que he llegado a reconocer entre familiares, amigas y colegas como único motivo y razón por el que vale la pena luchar en la vida.

Bien sabes que pertenezco a esa generación que ha sido testigo y participe de diversos y profundos cambios que ahora tu y yo vivimos, lo mismo en los ámbitos social y familiar que en las esferas más amplias de la política y la economía.

Ahora mismo somos testigos, hijita mía, de las múltiples expresiones de ese cambio social dispuesto a desmontar la desigualdad estructural entre hombres y mujeres. Quiero decirte que no me enorgullezco de las inmerecidas condiciones sociales de privilegio en las que nací y crecí como hombre y, tanto tu decisión de marchar como de ausentarte, han calado hondo en mi corazón, hasta el punto de disponerme como el hombre y el padre que soy ahora, a contribuir desde mi cotidianidad al cambio social y cultural que es urgente emprender para desmontar, lo mismo las prácticas sociales que las formas de pensar, que tanto violentan y lastiman hoy las relaciones entre hombres y mujeres.

Solo te pido que no mires mi contribución personal que puede parecer de poca monta y hasta tardía frente a los graves problemas que vivimos; sin embargo, desde ahora mi esperanza está puesta en las posibilidades futuras de cambio que tanto tú como tus hermanos varones, podrán llegar a alcanzar.


roberto.arias@coljal.edu.mx

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Roberto Arias de la Mora
  • Roberto Arias de la Mora
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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