Al más puro estilo de un chiste de Pepito, estaban tres profesionales justificando cuál de ellos era imprescindible, a pesar de los rampantes avances de la tecnología. Un médico al operar a un paciente a miles de kilómetros de distancia; un abogado usando herramientas predictivas para eficientar el acceso a la justicia a más gente; y un geólogo analizando la actividad sísmica para crear alertas que salvan vidas. Cuando de repente un político que iba pasando por ahí dijo que él porque da dinero en efectivo a las personas más necesitadas. A pesar de las razones que cada uno pudiera tener, la tecnología no da tregua y nuevamente ha hecho de las suyas al amparo del imperativo tecnológico que dicta “si se puede, se hace”.
Ha llegado el proyecto ChatGPT desarrollado por la empresa OpenAI. Se trata de un sistema de conversación (chat) sustentado en Inteligencia Artificial (IA) con el que se busca prácticamente dar respuesta a cualquier pregunta. Es retroalimentado a partir de la interacción de todos sus usuarios, así como el aprovechamiento de toda la información que se encuentra disponible en la nube. Esto no es menor si se considera que para 2022 la compañía Domo reportó que cada 60 segundos se generaron 5.9 millones de búsquedas en Google, 1.7 millones de publicaciones en Facebook o el envío de 230 millones de correos electrónicos. Cifras muy entendibles si se consideran los aproximadamente 5,000 millones de personas con acceso a internet en ese periodo.
En términos del aprovechamiento de toda la información que se genera constantemente en el espacio virtual y que hace no mucho parecía algo imposible, estamos ante un verdadero punto de convergencia en materia de acceso a la información en donde la internet quedó rebasada como fuente de información. Este mecanismo de uso gratuito, además de tener acceso a información para responder preguntas puntuales, tiene la capacidad de crear si así se le requiere. En el caso del médico, la hoja de ruta para operar a un paciente; con el abogado, un esquema del funcionamiento e implementación de IA en la actividad jurisdiccional, o para el geólogo un análisis de toda la actividad sísmica en el mundo y recomendaciones. Sin embargo, a pesar de todo lo sofisticado que se ha dicho, el chat no pudo con el caso del político. Y es que al consultar la rendición de cuentas del gasto público en México para 2022, la respuesta fue que no cuenta con información de dicho gasto, algo razonable si fuera información cuya naturaleza impidiera estar disponible. Pero más allá de eso, el chat respondió que el gasto real puede ser diferente al previsto y cerró su respuesta con la recomendación de consultar fuentes gubernamentales y de noticias que sean confiables. Quizá Pepito diría “era imprescindible, no impresentable”.
Ricardo Corona*
ricardo.corona@koalsulting.com*Abogado especialista en análisis de Políticas Públicas en materia de Justicia y Estado de Derecho