La investigación jurídica enfrenta un gran reto: ¡nadie quiere escribir! Esta afirmación surge de mi experiencia como profesor universitario y de posgrado. Por ello, debemos motivar al alumnado a escribir para proponer mejoras en nuestro sistema jurídico.
La formación en las escuelas de Derecho prepara al estudiantado para trabajar como juzgadoras, postulantes, abogadas, servidoras públicas o notarias, pero pocas impulsan que también sean escritoras e investigadoras.
La enseñanza jurídica se ha centrado en formar personas que apliquen el Derecho en sus diversas ramas, pero no en que lo cuestionen elaborando textos para revistas científicas. Esto se observa en los planes de estudio de la mayoría de las escuelas, donde la investigación y la producción científica no ocupan un lugar central.
Las mejores escuelas de Derecho país buscan formar personas capaces de aplicar el Derecho desde distintas trincheras y a la vez preparar a futuro profesorado o investigadoras que generen conocimiento para modificar o proponer mejoras al sistema jurídico, ya sea cuestionando la aplicación de derechos, su efectividad o la pertinencia de las normas ante nuestra realidad social.
De ello se ha ocupado La Salle Pachuca, pues desde los primeros semestres se impulsa que el alumnado cuestione la aplicación del derecho, a quién va dirigido y, sobre todo, que desarrolle sensibilidad hacia los grupos vulnerabilizados, promoviendo propuestas normativas o sociales que mejoren los derechos humanos.
Recientemente, la alumna Cintia Reyes Hernández obtuvo el tercer lugar en el Concurso Lasallista de Investigación, donde utilizó metodologías mixtas para evaluar el contexto social desde las ciencias de la salud y analizar la calidad de vida de las personas en relación con la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.
El trabajo generado por las y los estudiantes reafirma el compromiso de la profesión jurídica con la mejora de la sociedad a través de la escritura. Por ello, mantenemos el propósito de formar profesionales que no solo apliquen el Derecho, sino que también compartan su experiencia mediante producción académica.
Invitamos a las personas abogadas a escribir sobre sus experiencias para mejorar procesos, procedimientos y normas, y para cuestionar su efectividad en la sociedad.