Las leyes secundarias, recién aprobadas, deben dar la certeza jurídica, política, financiera, y, sobre todo, tener piso parejo para todas las empresas públicas o privadas, así como que la inversión extranjera directa (IED) en el sector energético sea una realidad y no sean solo empresas que no generan negocios con aprendizaje que pueda replicarse por mexicanos en el futuro.
Esperemos que los cambios constitucionales sean hegemónicos y de madurez financiera para que el capital tenga certidumbre de estar en un largo periodo en México, donde la coyuntura del crecimiento de la IED energética debe estar en el T-MEC y en la evaluación en 2026, lo cual permita a los socios comerciales continuar invirtiendo en sus empresas públicas y privadas de forma directa dentro del tratado, en caso de continuar.
La IED energética es aquella que realizan las empresas con recursos financieros propios, creando un negocio con infraestructura y bajo un esquema operativo propio y de largo plazo para recuperar lo invertido, cuyo objetivo es mimetizar en el mercado interno de un país, bajo las normas, leyes y políticas públicas que existan.
En México, antes de 2013, la inversión extranjera directa estaba ligada en gran parte con permisos o concesiones otorgadas para invertir en instalar una planta de electricidad (productores independientes de energía), así como exploración, explotación y desarrollo de la minería. Además de para fabricar productos químicos básicos para el mercado nacional.
Hay que dejar en claro que algunas de las contrataciones realizadas por las empresas del Estado (Pemex y CFE) antes de 2013 no son consideradas como IED en el sector energético puro directo debido a que son contrataciones que dependen de un volumen a ejecutar en un tiempo dado. Sin influir de forma directa en el mercado al no crear una estructura autónoma de un negocio.
La mayoría de las empresas contratadas por las firmas estatales invierten para crear una estructura organizacional de personas para su administración, operación e infraestructura para cumplir con el contrato, y éstas dependen del monto del contrato asignado por el erario, que son de índole finito.
Una IED energética debe ser aquella que tiene autonomía propia de inversión, donde el riesgo financiero sea asumido por el ente operativo. No depende de un dinero pagado de un contrato definido a una obra o servicio, cuyo peculio proviene de un presupuesto asignado a la empresa del Estado, como una inversión pública.
Hoy en las IED en el sector energético el riesgo financiero, operativo y mantenimiento de ésta deben asumirse por una empresa privada y no por el Estado.
Antes de 2013 la IED en energía solo era para los sectores eléctrico, minero y químico. Todos estos representaban no más de 5 por ciento del total de inversión extranjera directa que entraba en el país en los diferentes sectores económicos y mercados.
De 2012 a 2015 (tres años) fue el periodo de evaluación y aprobación de la reestructuración del mercado energético. Por medio de la reforma en la materia se pudo reconocer a Pemex y CFE ciertos costos que afectaban a los ingresos que mermaban su rentabilidad; desde un punto financiero operativo, cuyo objetivo era que la sociedad tuviera acceso a los energéticos a precios justos con diversidad de proveedores. En este periodo el porcentaje de la IED energética respecto al total aumentó a 15 por ciento debido a la apertura del mercado en ciertos sectores donde la inversión pública no podía cubrir ante los cambios geopolíticos que sucedieron en ese momento.
El total invertido en este tiempo fue de alrededor de 20 mil millones de dólares. Distribuidos en su mayoría de la siguiente forma:
- La extracción de petróleo y gas bajo los contratos asignados a empresas privadas en ciertos campos fue de alrededor de 2 mil millones de dólares.
- En el sector eléctrico hay más de 5 mil 500 millones de dólares.
- En infraestructura energética para la operación de los diferentes sectores, 3 mil 300 millones de dólares.
- En el sector del gas natural, 5 mil 600 millones de dólares
- En la industria química, 2 mil 700 millones de dólares.
- Comercialización y distribución de petrolíferos, de 300 millones de dólares.
- El sector minero fue de 600 millones de dólares.
A partir de 2016, que fueron consolidadas las políticas públicas bajo la nueva reforma energética, se empezó a experimentar desconfianza en las inversiones por las elecciones por venir en Estados Unidos y México. En 2018 iniciaron las negociaciones del nuevo tratado comercial bajo las nuevas políticas energéticas de México y la nueva reforma energética de EU que se promulgó en 2020.
De 2016 a 2018 (tres años) el total de la inversión fue de 21 mil millones de dólares, que entraron al país de la siguiente forma:
- La extracción de petróleo y gas bajo los contratos asignados a empresas privadas en ciertos campos fue de alrededor de 2 mil 200 millones de dólares.
- En el sector eléctrico había más de 8 mil 300 millones de dólares.
- En infraestructura energética para la operación de los diferentes sectores, 3 mil 500 millones de dólares.
- En el sector del gas natural, 4 mil 500 millones de dólares.
- En la industria química, mil 500 millones de dólares.
- Comercialización y distribución de petrolíferos, 200 millones de dólares.
- El sector minero fue de 800 millones de dólares.
En 2018, con el nuevo gobierno en Estados Unidos y México, surgieron cambios estructurales en la forma de dejar de invertir a privados en ambos países. Pero aquí las cosas en el sector energético cambiaron en cuanto a la IED, limitándola o cancelándola.
De 2019 a 2024 el total de IED en el sector energético sucumbió en el mercado mexicano, derivado por las cuestiones geopolíticas por los intentos de cambios constitucionales, que los mercados tomaron como incertidumbre, y afectó el dinero al no sentirse cómodo para utilizarse en proyectos, creando una pausa infinita.
De 2019 a 2024 (seis años) el total de la inversión fue de 21 mil 500 millones de dólares, lo que significó una contracción. En 2018 el sector energético representaba 24 por ciento de la IED respecto al total, pasando a 5 por ciento en 2024, lo que generó regresar a los valores que había antes de 2012.
- La extracción de petróleo y gas bajo los contratos asignados a empresas privadas en ciertos campos fue de alrededor de 4 mil 800 millones de dólares
- En el sector eléctrico, de más de 4 mil 500 millones de dólares.
- En infraestructura energética para la operación de los diferentes sectores, 200 millones de dólares.
- En el sector del gas natural, 7 mil 100 millones de dólares.
- En la industria química, 800 millones de dólares.
- Comercialización y distribución de petrolíferos, 600 millones de dólares.
- El sector minero fue de 3 mil 500 millones de dólares.
Resumen
- El total de la IED en el sector de energía fue de 62 mil 500 millones de dólares de 2012 a 2024, siendo Estados Unidos el de mayor aportación, con 34 por ciento, seguido de Canadá, con 18 por ciento, y España, con 12 por ciento.
- Las mayores inversiones realizadas de 2012 a 2024 respecto al total fueron el sector eléctrico, con 29 por ciento; gas natural, 28 por ciento; extracción de petróleo y gas, 14 por ciento; infraestructura energética, 11 por ciento; minería, 8 por ciento; industria química, 8 por ciento, y comercialización y distribución de petrolíferos, 2 por ciento.
- De 2012 a 2018 el total de la inversión fue de 41 mil millones de dólares, y de 2019 a 2024, de 21 mil 500 millones, una contracción de 48 por ciento.
La IED es dinero fresco, donde el riesgo lo asume el privado y no la nación, ante un déficit presupuestal en aumento en México.