El domingo 2 de junio de 2024, en 11 meses, serán las elecciones locales para elegir gobernador, 41 diputados (26 de mayoría relativa y 15 de representación proporcional) y 217 ayuntamientos.
Wikipedia lo tiene todo ubicado y calendarizado conforme al IEE de Puebla, que incluye la lista de 10 partidos con registro, siete nacionales (Morena, PAN, PRI, PRD, PT, PVEM y MC) y tres locales (PSI, Panal y FxM).
Y “wiki” exhibe en internet los resultados de las diferentes encuestadoras del 26 de julio de 2022 a la última del 22 de junio de este 2023.
En la medición de los partidos políticos, el partido gobernante registra un constante crecimiento en preferencias electorales donde la más alta fue del 49 % en agosto de 2022 y del 50% en febrero de 2023, que van de 38% al 50%.
Morena, en junio pasado, una de las encuestas les otorga el 43%, contra el 23% del PAN, 11 % del PRI y cero por ciento del PRD, es decir, Morena le lleva 2 a 1 al PAN y 3 a 1 al PRI.
Difícilmente cambiará esta tendencia en las preferencias del electorado hacia los partidos políticos en el estado, independientemente de quién sea la candidata o el candidato de Morena.
A estas alturas las preferencias electorales a favor del partido-gobierno es irreversible, y es tal la tendencia que la gubernatura del estado se definirá en el proceso interno de Morena este fin de año.
Incluidos los meses que faltan para la adelantada contienda por la gubernatura, una vez confirmada la candidatura presidencial en septiembre, en Puebla se establecerán las reglas formales de la recta final de la ilegal pre campaña anticipada por la gubernatura, al cierre del año.
La abierta confrontación entre los pre candidatos de Morena a la gubernatura, los primos de sangre Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta Mier, empieza a convertirse entonces en una guerra fraticida, mientras Julio Huerta Gómez sigue sembrando sus esperanzas.
La reciente “colisión” entre los primos morenistas con la campaña negra en redes sociales para exhibir los lujos de José Luis García Parra y el vínculo familiar con el “góber precioso” Mario Marín, ex coordinador de asesores de Armenta, es una batalla de esta “guerra”.
Eduardo Rivera o Nadia Navarro como candidato o candidata del Frente Amplio por Puebla, con todo y el efecto de Xóchitl Gálvez, no podrán revertir la tendencia a favor de Morena de retener la gubernatura, independientemente de quién sea el abanderado.