Como la película de los 90’ protagonizada por Marcelo Mastroianni, “Stanno Tutti bene” (Están todos bien), este lunes que mi madre cumple siete años de haber partido a la eternidad, me gustaría compartirle a ella lo que ha pasado en el mundo después de su regreso a casa.
Este domingo, día del padre, mientras escribo estas líneas, pienso en el filme de Giuseppe Tornatore y en la vida de mis viejos, a quienes seguramente les gustaría escuchar de sus hijos que “estamos todos bien” y que el mundo también lo está, sin ocultarles la realidad.
Sin la tristeza y la ironía de la película que pretende narrar la indiferencia de la sociedad en general hacia los adultos mayores, en realidad creo que el mundo que nuestros viejos soñaron es muy diferente a lo que hoy vivimos.
En estos siete años que han pasado desde que mi madre trascendió, habría sido increíble pensar que hubo una pandemia que cambió al planeta en un trienio, que el calentamiento global y el cambio climático son una realidad incuestionable, que las guerras en el planeta no cesan y que las generaciones más pequeñas son completamente diferentes a lo que ella vivió y nos quiso heredar a mis hermanos y a mi.
Mucha gente en 2017 no habría imaginado que en México habría un cambio de régimen y que con la llegada de la “cuarta transformación” llegaría la primera mujer presidenta electa.
Y cuando me preguntan si deberíamos estar preocupados yo respondo que más bien tenemos que adaptarnos y aceptar la realidad como es, hacer lo que a cada quien nos corresponde y confiar en que todo estará bien.
Además, les digo a mis hijos que son la siguiente generación y que les tocará a ellos ir construyendo la sociedad en la que les tocará vivir y que algunos quizás no alcancemos a ver.
Después de todo, a quienes tenemos el privilegio de ser padres algo de lo que más nos interesa es ver la paz y la tranquilidad de nuestros hijos, independientemente del futuro que nos depare.
En este día quisiera decirle a mi madre que estamos todos bien y que en algunas décadas mis hijos me digan lo mismo, pero que sea de verdad.