En materia de adicciones, mejorar la calidad de vida, hacer una transformación total o simplemente buscar un cambio para ser una mejor persona, siempre es un buen tiempo para hacerlo, aunque paradójicamente hay mucha resistencia en decidirse.
“Ya estoy viejo (a)”, “ya paso de los cincuenta”, “chango viejo no aprende maroma nueva”, “borracho yo he nacido, borracho he de morir (Javier Solís)”, “nunca he hecho ejercicio y así seguiré”, “ya para qué”, “tengo toda mi vida comiendo así”, “nunca he creído en Dios”, son frases que solemos escuchar como pretexto o resistencia cuando le proponemos a alguien mejorar su calidad de vida en cualquier aspecto.
Seguramente por mi edad y mis intereses, el algoritmo de mis redes sociales me sugiere seguir a varias plataformas con nombres como “fit@fifty”, “fit and 50”, “fit for 55”, así como cualquier cantidad de artículos de diversas fuentes con títulos como “Prevenciones y revisiones a partir de los 50 años (sanitas.es)”, con testimonios de que nunca es tarde, ni temprano, para tomar una decisión de mejorar nuestra calidad de vida espiritual, mental y física: siempre es un buen tiempo.
Por supuesto, en mis chats grupales de mis congéneres siempre está la sugerencia de los check up periódicos y de invertir más en nuestra salud en todos los aspectos.
Además de la salud física, en lo personal y como terapeuta, siempre elijo sugerir también poner mucha atención en la espiritualidad y en la salud mental de las personas, de cualquier edad.
En mi camino de vida personal, en el andar espiritual que recorro con consciencia desde hace al menos 12 años y en mi carrera como coach de bienestar integral y especialista en adicciones, puedo dar testimonio de que siempre es un buen tiempo para tomar una decisión de cambiar y puedo comentar muchos casos de transformaciones casi milagrosas.
Adicionalmente, soy de los que piensan que no es necesario tocar fondo o sufrir de una crisis que nos obligue a cambiar, sino que prefiero estar alerta a las señales que nos va poniendo la vida, hacer altos en el camino cuando sea necesario y ajustar las velas de navegación cada vez que los aires sigan en otra dirección. Como dicen en algunos grupos de Alcohólicos Anónimos, es preferible llegar “dulcemente razonable” antes de hundirse más en alguna situación.
¡Siempre es un buen tiempo! ¡Decídelo ya!
