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La evolución de México ante la volatilidad

Los escenarios político-electorales junto con las tensiones bélicas han sido el denominador que ha marcado la volatilidad en los mercados durante este año. En junio, México vivió una victoria contundente del actual partido oficialista, y en noviembre será el turno del desenlace del proceso en Estados Unidos.

Entre todas las consecuencias que conllevan este tipo de procesos, destaca la volatilidad que experimenta el tipo de cambio del peso mexicano frente al dólar. Durante la década de los 70 y 80, el país enfrentó devaluaciones bruscas, resultando en pérdidas económicas para las familias y empresas. Hoy, aunque el escenario es diferente, las elecciones siguen siendo un factor crucial que influye en la estabilidad del peso al menos en el corto plazo.

Si bien desde la transición democrática del 2000, las crisis financieras han sido menos frecuentes, gracias a la estabilidad en algunos indicadores macroeconómicos locales y a los fundamentales del país, estos eventos no pueden pasar por aislado. Similar al 2016, este año ha presentado una serie de variables que lo vuelven particularmente volátil para el tipo de cambio, previendo una depreciación aproximada del 12.50%. Aunado a ello el Banco de México, la principal institución financiera del país, es un pilar de respaldo en momentos críticos. Gracias a su intervención, el sistema bancario mexicano ha logrado enfrentar con éxito desafíos relacionados con la solvencia y liquidez.

De igual modo, el sector financiero per se, se ha fortalecido tanto en su habilidad para hacer frente a la volatilidad como en su capacidad para ofrecer productos y servicios que permiten que las empresas naveguen con éxito las inquietudes que surgen de periodos electorales.

Como resultado, México no sólo cuenta con un sistema bancario robusto y bien posicionado, sino también con una figura que promueve la estabilidad financiera, minimizando la exposición a riesgos excesivos. Esto, junto a una gestión financiera confiable, permite a las empresas sortear de manera positiva las inquietudes que nacen de estos ciclos electorales.

Es aquí que reflexiono sobre la importancia del uso de estrategias que ayuden a moderar los efectos de la volatilidad del mercado, como las coberturas cambiarias. Estas herramientas brindan estabilidad y protegen los flujos de caja de las tesorerías ante situaciones imprevistas, esencial para mantener una planificación óptima de las finanzas.

Las coberturas no solo ofrecen protección a corto plazo, sino que también permiten una proyección precisa de los costos operativos a mediano y largo plazo. Esto es particularmente relevante en sectores que dependen de la importación de insumos o exportación de productos, donde una alta volatilidad puede afectar gravemente la competitividad.

En momentos de incertidumbre como los actuales, no basta con reaccionar ante episodios de volatilidad; es fundamental adoptar una gestión proactiva y tomar decisiones informadas sobre cómo y cuándo protegerse del riesgo cambiario.

Los acontecimientos globales recientes han demostrado que situaciones adversas pueden surgir rápidamente, exacerbando la incertidumbre económica. Por ello, estar preparados y anticipar estos riesgos es la mejor estrategia para enfrentar los desafíos no solo de este año, sino también de los venideros.


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Nicolás Eguiarte
  • Nicolás Eguiarte
  • Nicolás Eguiarte es director de negocios de Banco BASE
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