El gobierno de México ha decidido hacer realidad el artículo 4º constitucional, en el cual se establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y que la ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general. Durante las tres décadas de gobiernos neoliberales, este precepto constitucional fue letra muerta, las sucesivas administraciones se empeñaron en desmantelar las instituciones de seguridad social que el Estado mexicano había creado.
El gobierno de México ha tomado la decisión de establecer un sistema de salud bajo los principios de universalidad, reducción de la desigualdad, combate a la corrupción y la mejora de la gestión pública. El Plan Nacional de Salud tiene como sustento lograr cero corrupción, evaluación permanente y transparencia total, que permitirá tener acceso y atención médica de calidad las 24 horas del día, eficiente uso de los recursos y gratuidad.
Se ha creado el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que en conjunto con el IMSS-Bienestar fortalecerán la medicina preventiva, cuyo centro de atención será la familia y la comunidad. De acuerdo con la información proporcionada por el gobierno de México, el instituto proveerá y garantizará la prestación gratuita de servicios de salud, la dotación total de medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social, en forma gradual, así como impulsar acciones orientadas a lograr una adecuada integración y articulación de las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud. Además, tanto en Ciudad de México como en Puebla se ha anunciado la creación de las Universidades de la Salud que iniciarán su funcionamiento en junio y agosto de este año.
Detener el deterioro y transitar a un nuevo sistema de salud es una tarea compleja. Se tenía que limpiar la casa y eliminar la corrupción de los altos puestos directivos. Después, desmantelar la red de intereses y complicidades en la venta y compra de medicamentos e insumos médicos; adecuar el marco jurídico, reclutar médicos, destinar mayores recursos, coordinar todos estos elementos y fijar una ruta de aplicación. Es natural que en todo este proceso de transformación existan desajustes y momentos de adecuación. Todas las posibles fallas en este arranque del nuevo esquema de salud se están atendiendo. A finales de este año, como lo ha dicho el Presidente, el nuevo sistema funcionará con regularidad.
Existen las condiciones para que el nuevo Sistema de Salud se consolide, incluso en las entidades donde gobiernan representantes de fuerzas políticas diferentes a la del Presidente. La reunión del pasado martes del titular del Ejecutivo e integrantes del gabinete con la jefa de Gobierno de CdMx, la gobernadora de Sonora y los gobernadores, son un buen ejemplo del ánimo con el que inicia 2020. Inclusive la ratificación del T-MEC por parte del Senado de Estados Unidos es una buena noticia para todo el país.
@MBarbosaMX