La senadora Olga Sánchez Cordero estuvo el lunes en la ciudad para participar en el Foro Nacional de Acceso a la Justicia para Mujeres, y aprovechó la visita para sacar un tema que los diputados poblanos querían mantener escondido.
En su cancha, les vino a refrescar la memoria sobre una iniciativa que sigue en la congeladora desde hace tiempo, en espera de que los diferentes grupos de la sociedad poblana se pongan de acuerdo, cosa que parece difícil.
Para empezar dijo, y tiene razón, que se trata de un mandamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde ella era magistrada, por lo que conoce del asunto y nadie puede negar lo contrario.
Más allá de que le asista la razón jurídica, la interrupción del embarazo es una práctica cada vez más común, pero que todavía hoy se hace de manera clandestina en Puebla, y eso pone en riesgo a las mujeres.
El propio gobernador Sergio Salomón Céspedes se enganchó con las declaraciones de la señora Sánchez Cordero, pero más porque como se dice coloquialmente, "le cayó el sacó" por su pasado como líder de Congreso. Le respondió que todavía no hay consensos.
Es cierto que Puebla es una de las entidades más conservadoras del país, y esto hace que se complique todavía más llegar a un acuerdo sobre esta discusión, pero debemos reconocerlo como un serio problema de salud pública.
Según un estudio de Ipas México, Salud, Acceso y Derechos sobre salud reproductiva 2021, el aborto inseguro y sus complicaciones consumen recursos esenciales del sistema de salud, ya que uno de cada diez eventos hospitalarios en las mujeres se debe esta causa.
Señala que "el aborto legal y el acceso a servicios seguros, con tecnología moderna y segura, se traducen en una disminución de la mortalidad materna, en la reducción de hospitalizaciones, en ahorros para el sistema de salud, y en descriminalización".
Para ello se requieren, y en eso coincidimos, recursos humanos capacitados, presupuestos institucionales, sistemas de distribución de insumos eficientes y costo efectivos, asistencia técnica y sobre todo voluntad política. Es ahí donde estamos atorados.
