En el crimen de Olayet Cabrera Carranco, ex empleada de la tesorería municipal de Pachuca, hubo una serie de voluntades perversas que se conjuntaron para, primero secuestrarla, y luego privarla de la vida.
No se trató de un problema de inseguridad o falta de acompañamiento de la policía, como lo quiere hacer ver de manera irresponsable el líder de los burócratas Percy Espinoza.
En este lamentable asesinato es probable que haya complicidad de algunos miembros del sindicato que dirige, pues solo ellos sabían que esa cantidad (357 mil pesos) era trasladada de la Presidencia al edificio del sindicato con frecuencia.
Seguramente no es la primera entrega que hicieron al líder sindical, que por cierto debería dar cuentas a la Secretaría de Hacienda del por qué está evadiendo el pago de los correspondientes impuestos con esta acción.
Al no hacerlo, elude a las autoridades hacendarias en el mejor de los casos, porque solo él y sus allegados, saben si efectivamente ese dinero llega a manos de los sindicalizados.
En tiempos donde la transparencia es un reclamo popular, todavía existen agrupaciones como el sindicato de burócratas municipales, donde los líderes manejan los recursos a su antojo y sin rendirle cuentas a nadie.
El titular de la Tesorería municipal, Daniel Reyes confirmó a Milenio Hidalgo que ese recurso salió en efectivo porque el sindicato lo exige de esa manera, pues según dicen, sus propios compañeros así lo solicitan.
Cuesta trabajo creer que a estas alturas ninguna institución bancaria pueda ofrecer mejores beneficios, o representar mayor seguridad. En distintos puntos de esta ciudad hay cajeros automáticos de todos los bancos.
En la misma sede del ayuntamiento hay un cajero para disponer sin que represente un riesgo para las personas. El otro argumento es que sus compañeros tienen dificultades para hacer ese tipo de operaciones.
Percy Espinoza se ha dedicado en los últimos meses a presionar a la alcaldesa Yolanda Tellería, con el argumento de buscar mejoras salariales para los miembros del sindicato de burócratas.
El lamentable asesinato de Oyalet ha sacado a relucir situaciones desconocidas para la comunidad, y que evidencian una posible implicación de personas del mismo gremio.
En el periodismo existe una máxima que pocas veces falla: piensa mal y acertarás. En este caso aplica porque las investigaciones de la Procuraduría llevan a pensar que una mujer del mismo sindicato estaría implicada, o al menos hay una persona detenida que será vinculada en las próximas horas.
Es muy probable que tenga algún cómplice, o varios, por la manera de consumarlo y la dificultad que representó deshacerse del cuerpo. La familia de Olayet no está sola, pues tiene el respaldo de toda una sociedad que exige justicia y por ello las autoridades están obligadas a despejar todas las dudas y hacerlo de manera expedita.
Olayet: la sociedad exige justicia y que sea expedita
- En pocas palabras…
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Miguel Ángel Vargas
Hidalgo /