El pasado sábado, en Tlaxcala, la gobernadora Lorena Cuéllar recibió el respaldo de los cuadros más destacados del morenismo, al cumplirse el primer año al frente del gobierno del estado.
Ante más de 20 mil asistentes, cada uno de los oradores elogió el trabajo realizado por Lorena, en un acto sin precedentes en la historia de esa entidad. Al día siguiente, en Toluca la plana mayor estuvo en el arranque del proceso en Edomex que el próximo año elige gobernador y hubo menos “cargada”.
Al final del evento, los invitó a una comida donde se pasaron varias horas compartiendo “el pan y la sal” y algunos de los personajes presentes estaban tan bien atendidos que no se querían ir.
En política cada frase, cada mensaje tiene fondo. En el caso del sábado pasado, la presencia de Mario Delgado, dirigente nacional y de dos de las “corcholatas” del presidente Andrés López Obrador es más relevante de lo que parece.
En su discurso, la mandataria aseguró que “Tlaxcala tendrá un antes y un después en este gobierno, porque nosotros llegamos a transformar. Estamos cambiando de raíz y sabemos que el poder solo sirve cuando está al servicio del pueblo”.
Por su parte, Delgado se desbordó en elogios para Lorena al destacar el trabajo realizado y ponerla como ejemplo de lo que pretende alcanzar la Cuarta Transformación.
Pero ¿qué representa para la gobernadora todo este apoyo del partido y los intercambios de aplausos y felicitaciones? Pues significa 1) que su trabajo en estos primeros 12 meses ha sido bien evaluado por la ciudadanía y 2) como consecuencia posiciona al estado en el contexto nacional.
Hay que decirlo con sus letras y aunque duela. Hace años Tlaxcala era foco de atención a nivel internacional por el comercio sexual, y las noticias sobre redes de trata se llevaban las notas principales en los medios.
Ahora las cosas están cambiando para bien, porque el buen manejo durante la pandemia hizo que bajaran los casos de manera más rápida, lo cual hizo que las actividades comerciales y turísticas se reactivaran.
Tampoco hay que decir que todo está bien, porque Lorena va empezando y todavía falta mucho tramo por recorrer; sin embargo, es alentador que las cosas estén cambiando.
Miguel Ángel Vargas
miguelangel.vargas@milenio.com
