En días pasados a través de las redes sociales se dio a conocer el robo del que fue objeto el propietario de un vehículo compacto de color blanco, el cual estaba estacionado justo afuera de una institución bancaria en plena avenida Atlixcáyotl.
El video mostraba el automóvil sin las cuatro llantas ni los espejos retrovisores, como si llevara meses abandonado, y la verdad comprendo al afectado porque seguramente solo fueron unos minutos o si acaso un par de horas las que dejó en la vía pública la unidad.
Comprendo su enojo porque el que esto escribe ha sido víctima en dos ocasiones, con dos vehículos diferentes y en dos municipios del área metropolitana, del robo de cuatro llantas y en ambos casos las corporaciones policiacas fueron incapaces de atrapar a los delincuentes. Eso en el mejor de los casos si no es que tengan alguna complicidad que a estas alturas no lo dudaría, porque seguramente en la 46 poniente las podrá encontrar.
Por eso los ciudadanos califican mal a las autoridades en turno, pues sin importar el color de quien administre la ciudad, los criminales les tienen tomada la medida, o bien exista la posibilidad de que haya contubernio.
Tampoco se trata de un problema de percepción, en Puebla capital y los municipios conurbados, el hurto de autopartes está a la orden del día, y lo reflejan las cifras que arroja el reporte del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública.
El estado de Puebla se encuentra en el top fivedonde se registran más robo de autopartes al mes de octubre con mil 224 casos. Es decir, son datos de los últimos 10 meses donde señala que la tendencia sigue a la alza.
Estamos abajo en ese ranking delictivo de la Ciudad de México quien encabezó la lista con 9 mil 134 robos, seguido del Estado de México con 3 mil 43, y en tercer peldaño Jalisco con mil 696 casos.
Lo preocupante de esa situación es que de esos mil 224 incidencias en Puebla, 10 de ellas fueron con violencia, lo cual lo hace todavía más grave. Luego los políticos se preguntan por qué los ciudadanos los "castigan" en las urnas si según ellos han hecho bien su trabajo, cuando en la realidad las cosas son muy distintas.
