Hace días, en todo el país se discutía la iniciativa impulsada por el diputado federal poblano y aspirante a dirigir los Comités Defensa de la Cuarta Transformación en Puebla, Nacho Mier, para desaparecer 4 de 5 fideicomisos multimillonarios del Poder Judicial.
De hecho tras su aprobación en la Cámara, vinieron una ola de reacciones y protestas por parte de trabajadores que se sentían agraviados, aun cuando se dijo que no afectarían las prestaciones de los empleados de base.
Los partidos que integran el Frente Amplio por México (PAN, PRI y PRD) lo consideran un ataque directo del presidente Andrés Manuel López Obrador a la "autonomía", y un ajuste de cuentas a ese poder que no se quiso supeditar a sus caprichos.
En esa discusión estaban, cuando se presentó el huracán Otis y su estela de destrucción en el estado de Guerrero, dejando en ruinas al Puerto de Acapulco, donde miles de familias quedaron en el desamparo; también cientos de hoteleros y empresarios lo perdieron todo.
Sin duda la tragedia en esa entidad conmocionó al país entero, que tardó unos días en reaccionar, pero una vez que nos dimos cuenta de la magnitud de la catástrofe, comenzó a llegar la ayuda para los damnificados. Está claro que tardarán años en recuperarse y por lo tanto el apoyo deberá seguir durante meses.
Por la cercanía con Puebla, es uno de los centros turísticos más concurridos de quienes vivimos en esta entidad. En lo personal siempre fui fan de sus playas y su gente, porque a pesar de la inseguridad en esa región, los viajes eran placenteros.
Resulta que luego de la feroz resistencia por parte de los magistrados de la Suprema Corte y sus trabajadores, la fatalidad tras el devastador meteoro cambió las cosas de manera radical. Nadie en su sano juicio, puede oponerse en estos momentos a que los más de 15 mil millones de pesos puedan destinarse a la recuperación de nuestros hermanos en desgracia.
En este lamentable accidente de la naturaleza hay quienes sufren por la pérdida de sus seres queridos y del patrimonio de toda su vida. Por ello merecen ser apoyados, aunque haya a quienes esta fatalidad les cae como anillo al dedo.