Ayer se dio a conocer que el ex comisionado del Servicio de Protección Federal y ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, planteó al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que el gobierno federal dialogue con los grupos criminales para pacificar al país, abrazando la sinrazón de entrar en un tipo de amnistía con los grupos criminales, como si se tratara de combatientes en favor de una causa política y social y no como las bandas delictivas que han envenenado sin escrúpulos a millones de personas causándoles la muerte, además de asesinar a miles de personas en los últimos 10 años. Incluso el ex funcionario federal, que por alguna razón quiso saltar a la luz con esta propuesta de lo más inverosímil, aseguró que de motu propio hizo llegar una propuesta a diversas organizaciones delictivas y ya recibió respuesta positiva de dos de ellas, y en este momento me pregunto ¿cómo dialogar con quienes tienen las manos manchadas de sangre?
Seguro que al señor Espino, los delincuentes no le han tocado directamente, y por ello la ligereza de su actuar. Los integrantes de los grupos delictivos son delincuentes que deben enfrentar a la justicia por sus actos y creo que la única salida debe ser la rendición y su entrega a la autoridad, no un diálogo en el que como en muchas otras acciones se termina ofreciendo disculpas a quienes han cometido por ejemplo delitos de cuello blanco.
Afortunadamente la propuesta no ha prosperado, al menos no de manera velada, entre los actores del gobierno de México a los que se les ha planteado, pero no se descarta, le digo, que incluso se haya usado a este personaje para ser quien hiciera la propuesta sin que saliera del propio gobierno para no despertar suspicacias que ya son suficientes.
Algo debe tener siempre clara la autoridad al crimen se le previene o se combate, jamás se dialoga con los criminales.
De otro modo tendremos un estado doblegado.
Miguel Ángel Puértolasmiguel.puertolas@milenio.com
