1994 fue un año terrible para la vida pública en México, los mexicanos vivimos el asesinato de Luis Donaldo Colosio y de José Francisco Ruiz Massieu; surgió el ejercito zapatista en Chiapas; la crisis del peso y, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte. Todos ellos fueron fenómenos delicados para México, los cuales trajeron consecuencias que aún padecemos los mexicanos.
El primero de enero de 1994 los mexicanos nos despertamos con una noticia muy desafortunada, el ejército zapatista de liberación Nacional hizo su aparición en el estado mexicano de Chiapas, atacó un cuartel militar, sus demandas fueron por los derechos de los indígenas chiapanecos, y en general por los hombres y mujeres más desprotegidos de México y de América Latina, justamente el día en que hace su aparición el EZLN, y no es casualidad, entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, según el presidente de República, en ese entonces Carlos Salinas de Gortari, México iniciaba su proceso de incorporación a la globalización, México pasaba a formar parte de los países del primer mundo. El escenario se vino abajo, por un lado el gobierno mexicano pretendió convencer a los mexicanos de nuestra incorporación al primer mundo, pero por otra parte el EZLN le mostró al mundo las miserias del pueblo mexicano, la pobreza lacerante, y la polarización existente en la sociedad mexicana; el primero de enero de 1994 mostramos al mundo las dos caras de la moneda, el México profundo de Octavio Paz y, el México de los excesos, la opulencia y la riqueza en unos cuantos.
La muerte de Luis Donaldo Colosio impactó a los mexicanos, tanto priistas como no priístas, fue un magnicidio orquestado desde las más altas esferas del poder, un suceso que sacudió la vida política de todo un país, fue la muerte de quién sería el próximo presidente en México. Un hecho trascendente en la historia de México, el cual no se había generado en la historia de México desde la época del México posrevolucionario con el asesinato de Alvaro Obregón.
Los mexicanos no nos habíamos repuesto del asesinato del candidato del PRI a la presidencia de la República, cuando el 28 de septiembre de 1994, a unos pasos del monumento a la revolución en la Ciudad de México, es acribillado el Secretario General del PRI José Francisco Ruiz Massieu, asesinato que aún después de 23 años aún no se esclarece y, cuyo autor o autores intelectuales aún siguen libres.
23 años han pasado de aquellos sucesos, los cuales fueron una muestra palpable de la injusticia existente en México, de las delicias del poder, del saberse impune frente a un asesinato.
Las muertes de Colosio y José Francisco aún siguen impunes, existen en prisión supuestamente quienes jalaron el gatillo, pero los que dieron la orden siguen impunes.
Los indígenas mexicanos aún siguen exigiendo se respeten sus derechos, y es que la mayoría de ellos se encuentran en la pobreza y en la pobreza extrema, los mexicanos le seguimos debiendo mucho a nuestro pueblo indígena, las armas aún no les regresan los derechos que históricamente les pertenecen.
En referencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, hoy está bajo incertidumbre su permanencia, seguramente tendrá que renegociarse, pero también existe la posibilidad de su cancelación si las demandas de los norteamericanos no satisfacen los deseos de los negociadores mexicanos.
El año 1994 es un año para olvidar, pero también representa un periodo histórico del México profundo en el cual se gestaron demandas de libertad, justicia, y esperanza para el pueblo mexicano.
Si bien es cierto, 1994 es un año para olvidar por los sucesos dolorosos que en él se gestaron, también es cierto que representa un año que debemos festejar, particularmente por el nacimiento de un ejército de liberación nacional que nos mostró a los mexicanos y al mundo entero las injusticias por las que pasaban los más vulnerables; le recordó al pueblo mexicano su pasado indígena.
Después de 23 años México ha avanzado poco, y aún más, siguen pendientes procesos legales frente a actos de corrupción gestados en las más altas esferas del poder. Particularmente los ex gobernadores que se encuentran profugos de la justicia. Seguimos esperando su captura y proceso legal.
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