En los primeros días de la semana, la Secretaría de Economía del Gobierno Federal anunció que está por dar a conocer un Plan de reactivación de la economía del país. Hace algunas semanas diversos organismos empresariales han demandado al Gobierno de la CDMX y de otras Entidades, medidas al respecto. Y en nuestro Estado, la dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, Lic. Laura González, lo ha expresado hace tiempo. Aunque no debería ser tarea exclusiva de la Secretaría de Economía. Como tampoco enfrentar a la pandemia ha sido tarea solamente de la Secretaría de Salud.
La crisis económica que atravesamos llama a un cambio urgente del paradigma en las políticas gubernamentales respectivas. Es indispensable repensar el significado de la economía para resaltar la necesidad de lograr prosperidad en nuestro Estado. Los programas sociales son importantes, pero no solucionan el fondo de la crisis provocada por la pandemia, porque en contraste el bienestar de la sociedad va en declive.
Bien lo ha reconocido el Presidente López Obrador que el significado del PIB es insuficiente como indicador del crecimiento, porque hay aspectos no incluidos que generan bienestar, como la salud por ejemplo, o la creciente delincuencia, así como el atraso científico y tecnológico, el aprovechamiento de la infraestructura para la movilidad, el impacto del cambio climático, la reducción del consumo de energéticos, entre otros.
El impacto adverso es mayor en sectores específicos de la población como los niños y los jóvenes quienes no alcanzan a recibir el bienestar, aunque algo favorecen las becas y otras ayudas sociales. Se trata que las nuevas generaciones vivan mejor que sus padres. El impacto de las redes sociales eleva el significado del bienestar y en consecuencia el malestar y la inconformidad. Sin recuperación económica no se logrará el mejoramiento del bienestar individual y familiar. Esto implica innovar en las formas de organizar mejor los recursos disponibles para promover el bienestar social.
La pandemia ha sido la gota que ha derramado el vaso. Ahí siguen las protestas callejeras por uno u otro motivo, que demandan cambios. La crisis nos muestra la necesidad de modificar la forma de organizarnos para enfrentar los retos de la pandemia. Se requiere que junto a los paquetes de medidas de apoyo financiero y tal vez fiscal, se amplíe la oferta de capacitación y adiestramiento acorde con las posibilidades en actividades de rendimiento económico.
Las políticas económicas siguen por la misma ruta que había antes de la pandemia, lo que nos aleja de la posibilidad de lograr una sociedad próspera y feliz, en la realidad, no en la mentalidad de algunos medios. Los cambios para mejorar son indispensables.
Mauricio Valdés
@MauricioTexcoco