Al cambio de gobierno estatal se esperaría una reforma presupuestal, lo que podría suceder en el transcurso del primer año de gobierno, un período de transición, que permita modificar y adecuar las asignaciones conforme a las nuevas prioridades gubernamentales: gobierno del pueblo para el pueblo, simultáneamente cuando se elabora, con creciente participación ciudadana, la propuesta del nuevo Plan Estatal de Desarrollo, y después el cambio de gobierno federal y de los ayuntamientos.
Se trataría de romper con el antecedente de la lógica inercial del presupuesto elaborado en las postrimerías de la anterior administración, con miras de inercia anual, que requiere además combatir la corrupción, para aprovechar honesta y eficientemente, hasta donde sea posible, cada peso disponible.
Para eso podría servir el llamado “presupuesto base cero” que inicia con un escrutinio presupuestal, examinando cada oficina y justificando cada programa, lo que permitiría orientar el recorte inteligente de las asignaciones exageradas y superfluas. En eso se podría lograr la aplicación del lema del actual gobierno: el poder de servir.
Los compromisos de la Gobernadora Maestra Delfina Gómez Álvarez con la política social para atender las carencias más sentidas del pueblo mexiquense, podrán ser financiados con generosidad y eficiencia, eliminando corruptelas, intermediarios y gastos inútiles y costosos de la llamada burocracia dorada. Formular un nuevo presupuesto, humanista, que enfrente además la deuda financiera y el déficit heredados de anteriores gobiernos con resultados insuficientes frente a las necesidades.
Los expertos señalan que el diseño de la política presupuestal está inmerso en la política económica nacional y local, más allá de ejercicios de contabilidad. El presupuesto es el principal instrumento de la política económica. Por lo que se requieren definiciones de mediano y largo plazo, que traen consecuencias.
El dinero de los contribuyentes no es la medida de todas las asignaciones, por lo que no puede haber indiferencia de nadie frente al presupuesto público.