Una de las tareas más relevantes del Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México (TSJEM) Magistrado Sergio Javier Medina Peñaloza, concluye con la elección de quien le sustituya, por el pleno integrado por 48 Magistrados, como cualidad de autonomía entre los poderes, que es posible sea más notoria, como trata se observarse en el Poder Judicial Federal.
Aprovecho para reconocer y dejar testimonio por los avances observados durante su desempeño, lo pude conocer durante mi paso al frente del Instituto de Administración Pública del Estado de México (IAPEM). Destaco brevemente innovaciones tecnológicas, instrumentos útiles para que se cumplan los ideales de Justicia, tales como el Complejo de Telepresencia, los juzgados en línea, la Firma Electrónica, la página Web y la App, el expediente electrónico y el modelo de gestión operativa.
Por primera vez la elección por voto secreto, como consecuencia de una reforma legal de último minuto promovida por el grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados local. Eso le dará mayor legitimidad. Aunque resultó extraño el proceso, tal vez por carecer de antecedentes de una elección así, poco se conocían los nombres de quienes supuestamente hacían campaña “cuerpo a cuerpo” con quienes votarían. Quedan temas a cargo del Poder Legislativo, como algunos expertos aconsejan: la dirección interior del Consejo de la Judicatura y la mejor coordinación en la relación entre poderes, ya que se trata de su misión legislativa como representación popular.
Hubiera sido útil a la ciudadanía conocer propuestas de los interesados en ese cargo, porque habría compromisos concretos para observar el desempeño, como en otros cargos públicos puede hacerse.
Se trata del único poder mexiquense que tiene desde hace muchos años un servicio civil de carrera, que amerita una evaluación de avances y resultados, así como opciones de innovación, principalmente en su apertura a integrantes provenientes de todo el Estado. Un poder que requiere más cercanía a la población a la que sirve y a la rendición de cuentas, más que financieras y administrativas, que son importantes, de resultados en nuestra legítima aspiración de Justicia.
Como mexiquense aspiro a que quien haya resultado electo, sea un jurista reconocido por sus hechos de sabiduría, experiencia y dispuesto a avanzar con transparencia en la impartición de la justicia en nuestro Estado. Que el nuevo Presidente del TSJEM impulse la figura egregia del Juez honesto y capaz que hoy se requiere frente a la crisis ética, moral, intelectual y organizacional que enfrentamos.
Su periodo concluirá en 2025, cuando habrá otros integrantes de los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Esperemos y confiemos que para entonces avancemos más.