
Uno de los grandes secretos para mujeres y hombres que sufren de osteoporosis, es que los huesos se fortalecen cuando están sometidos a ciertas fuerzas de tensión y compresión por parte de los músculos. Eso es justo lo que hace la práctica del Yoga.
De acuerdo al libro Yoga para la osteoporosis, de Loren Fishman: En la práctica del yoga se ejercen contracciones musculares isométricas, lo que la hace “una herramienta fantástica para fortalecer los huesos y ralentizar el avance de la osteoporosis”.
Con el paso de los años, los cambios hormonales, la falta de calcio y vitamina D, y una vida sedentaria, hacen que los huesos pierdan densidad ósea, se vuelvan porosos y susceptibles de fracturarse.
Se estima que más del 50 por ciento de los mayores de 50 años padece ya sea osteopenia u osteoporosis. Y aunque el Yoga ayuda a prevenir o detener el avance de estas dos condiciones, la práctica de asanas debe modificarse de acuerdo a cada caso: “Cuanto más seria es la pérdida de hueso, los movimientos deben ser menos extremos, sobre todo, los que involucren a la columna”.
En general, dice Bill Reif, autor del libro El secreto del dolor de espalda: la verdadera causa del dolor de espalda en las mujeres y cómo tratarlo, las posturas que más benefician a los alumnos con osteoporosis son aquellas que “fortalecen los músculos, sostienen una posición neutra de la columna y mejoran la postura; las que distribuyen la carga de peso en todas las extremidades y mejoran el equilibrio”.
En un estudio realizado entre 2001 y 2015 por el fisiatra Loren Fishman, 227 participantes que cumplieron mediana o totalmente con 12 ejercicios de yoga asignados presentaron una mejoría significativa en la densidad ósea de la columna y el fémur y cero fracturas. Estas 12 posturas son: Vrksasana, el Árbol; Trikonasana, el Triángulo; Virabhadrasana II, el Guerrero II; Utthita Parsvakonasana o Ángulo de lado; Parivrtta Trikonasana, Triángulo con torsión; Salabhasana, la Langosta; Setu Bandha Sarvangasana, el Puente; Utthita Supta Hasta Padangusthasana 1 y 2, la postura reclinada de la mano al dedo gordo del pie; Marichyasana II; Matsyendrasana o Media torsión sentada, y Savasana, la postura del Muerto.
“El yoga pone más presión sobre los huesos que la gravedad”, explica el Dr. Fishman: “Al oponer un grupo de músculos contra otro se estimula a los osteocitos, las células que forman los huesos”.
(Con información de nytimes.com, yogainternational.com y health.harvard.edu)
Marién Estrada
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