Política

Plena igualdad

  • Columna de María Elena Barrera
  • Plena igualdad
  • María Elena Barrera

El camino, en la búsqueda del reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres, ha sido largo y muy empedrado, la participación de las mujeres en el desarrollo nacional va en aumento, sin embargo, las niñas y mujeres aún no se encuentran en plena igualdad de condiciones frente a los hombres.

Las mujeres perciben un salario hasta 30% menor al que reciben los hombres por actividades similares.

Los estereotipos en que se ha desenvuelto la comunidad persisten en el ideario social y siguen siendo más mujeres, que hombres, las que realizan trabajos no remunerados.

En México, una cuarta parte de los hogares, tienen al frente a una madre jefa de familia, es decir, 25 de cada 100 hogares son liderados por una mujer y si sumamos a esto, la desigualdad que viven las mujeres, fácilmente podemos aseverar que una cuarta parte de la población vive en desventaja real.

Además, de aquellas familias con jefatura femenina la mayoría alquilan la vivienda donde habitan y de las que tienen vivienda propia, solo una de cada cinco mujeres poseen las escrituras de su casa, estas son millones de mujeres que viven en incertidumbre, sin poder dar certeza a su patrimonio.

Para erradicar este tipo de desigualdades, tenemos que establecer acciones afirmativas para equiparar a las mujeres y permitirles acceder a una vida justa, en especial debemos buscar los mecanismos para permitir que las mujeres puedan acceder a una vivienda digna y decorosa.

Las mujeres son pilares fundamentales de los hogares. En concordancia con lo anterior el pasado martes, en el marco del Día Internacional de la Niña, aprobamos un dictamen en el Pleno del Senado de la República que incluye en la Política Nacional de Vivienda y al Programa Nacional de Vivienda, acciones específicas para promover esquemas y mecanismos con perspectiva de género que propicien el acceso a la vivienda para las mujeres y de manera preferente, apoyen a las mujeres con mayores cargas, como las madres jefas de familia.

De este modo implementaremos acciones afirmativas que puedan colocarlas en igualdad real en el acceso a la vivienda, beneficiando a las familias mexicanas.

Debemos robustecer el papel transformador de ellas al interior de las familias y de la sociedad.

Las mujeres son arquitectas de la paz e ingenieras de las familias, invertir en acciones para ellas, es invertir en las personas, en el desarrollo social y en una vida más justa para todos los mexicanos.

Con el dictamen aprobado alcanzamos una doble finalidad, como parte de una estrategia transversal ataca directamente la discriminación y la situación de desventaja de las mujeres y a la par, reduce la brecha que hay en el rezago habitacional. Debemos continuar esta lucha en favor de las mujeres.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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