El gas natural es el talón de Aquiles en materia energética de México.
Es incluso un tema de seguridad nacional, cuya atención es urgente, y ya lo están revisando todas las instituciones del sector.
Desde la Secretaría de Energía, que encabeza Pedro Joaquín Coldwell; Petróleos Mexicanos, dirigido por José Antonio González Anaya; el presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Juan Carlos Zepeda; el presidente de la Comisión Reguladora de Energía, Guillermo García Alcocer, y el director general de Cenagas, David Madero Suárez.
¿Cuál es el problema? Básicamente son dos: 1. México importa la mayor parte del gas natural que necesita; importamos 74 por ciento de los 7 mil millones de pies cúbicos diarios de gas natural que consumimos, y 2. El bajo precio de importación (con la referencia de nuestro proveedor: EU) ha desincentivado el nacimiento de una industria de gas natural en México, que explore y explote los yacimientos nacionales.
Aunque ya no estamos en la situación que alguna vez denunció el ingeniero Heberto Castillo (se acuerdan de su libro Huele a gas), cuando Pemex quemaba en mecheros el gas natural asociado, hoy la ley prohíbe este acto y Pemex está ejecutando un programa de aproximadamente 3 mil millones de dólares para concluirlo en 2019.
Lo cierto es que no tenemos una industria para la producción y explotación de gas natural.
En el sector energético mundial se reconoce a esta mezcla como el energético de la transición.
En la historia, la humanidad ha transitado del carbón al petróleo y de éste obligadamente va hacia el gas natural, por ser, de los fósiles, el más limpio.
Estados Unidos ha avanzado rápidamente en esa transición y posee una industria muy madura que explota con eficiencia el gas natural para autoconsumo y exportación.
Por su parte, México avanza en la transición del uso del petróleo y combustóleo, al del gas natural. La Comisión Federal de Electricidad, que dirige Jaime Hernández, ha hecho avances extraordinarios.
Además la producción y las reservas de gas natural de México están cayendo.
Por eso urge encontrar un modelo económico que incentive la instalación de campos de gas natural. Al tiempo
Saldos
57 inversionistas institucionales que representan 4.1 billones de pesos de activos en administración suscribieron la “Declaración de Inversionistas a favor del financiamiento de bonos verdes en México”. Las siete Afore firmantes representan activos por 2.3 billones de pesos; más de 50 por ciento del total de los involucrados.
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