La pusilanimidad de un oscuro personaje surgido de la tenebra gubernamental, como el tal Hugo López-Gatell, “subsecretario” del sector salud, nombrado como una eminencia, según el presidente López Obrador, dejó en claro esta semana lo miserable que es y que sigue a pie juntillas, los designios de su mentor que no se cansa de reprender y descalificar a todos los que considera sus adversarios políticos.
Y es que lo dicho por el “médico” sin cédula profesional como tal, de que los consultorios apéndices de las cadenas de farmacias que existen en diversas partes de nuestra geografía nacional, son a su parecer y la de su protector, como malos inductores de la salud, “un peligro para México”.
Según su dicho, es para denunciarlo penalmente porque atenta contra la estabilidad emocional y social de los mexicanos y también por qué no, por el patrimonio de muchos empresarios mexicanos y trasnacionales que invierten su dinero en nuestro país, a pesar de todos los contras que vivimos.
Lo lamentable de los pronunciamientos del oscuro personaje surgido del montón de “funcionarios” habilitados por designios de AMLO, como muchos de los integrantes de la mal llamada transformación de cuarta, ofende la inteligencia y la condición social de miles de mexicanos que acuden a esos consultorios, porque no cuentan con un servicio médico acorde a las exigencias económicas de cada uno de ellos.
Por seguir los pronunciamientos y designios de su jefe superior, el que se supone debe ser según nuestra Constitución, el presidente de todos los mexicanos, Gatel atenta contra la dignidad de los connacionales que no tenemos posibilidades económicas de acudir a los servicios médicos que debería ofrecer el Estado mexicano a todos por igual.
De verdad que enerva la forma tan vil en que se expresó “el afamado” por negativo subsecretario de salud, que ha dado muestras de su incompetencia y que ha sido sostenido por López Obrador por capricho, ya que ha dejado de constancia en sus intervenciones, que de medicina sabe lo que el suscrito, de ciencias astronómicas.
No es posible que el Jefe del Ejecutivo federal le permita, o quizá, lo envió a esa encomienda de descalificar de forma tácita, a todos los consultorios que existen anexos a las farmacias o a las cadenas farmacéuticas que además de vender medicinas, se han dedicado al menos, a la atención médica privada de miles de mexicanos que acuden de manera cotidiana para ser curados de sus males.
Para ese pésimo servidor público, como lo ha dejado de constancia a partir de que fue conocido por la pandemia del Covid 19, lo dicho el martes pasado lo pinta tal cual, de pies a cabeza.
Por supuesto que es un mediocre, un elemento de mediana estatura política como integrante del gobierno federal, en un sector tan estratégico para el desarrollo del país que en regímenes anteriores, ha tenido grandes médicos e investigadores, así como científicos emergidos muchos de ellos de nuestra máxima Casa de Estudios.
Por supuesto que López-Gatell es un remedo de médico que nunca ha ejercido como tal, ya que su trayectoria profesional ni currícula personal, aparece por ningún lado.
No cuenta ni con antecedentes universitarios o al menos de diplomados o posgrados de qué haya sido pasante de medicina.
Sin embargo, para el presidente López Obrador eso es lo que menos interesa, ya que ha demostrado a lo largo de sus casi cuatro años de gobierno que los títulos, maestrías o doctorados, no son de su preferencia.
Es lamentable lo que enfrentamos los mexicanos con esta clase de personajes que han venido a darle al traste a un sector tan trascendente para cualquier nación, no sólo como México, que requiere de excelentes especialistas para permanecer en la erradicación de males endémicos y la contención de otros que se presentan casi imperceptibles.
Las descalificaciones hechas por López-Gatell, en una más de las mañaneras desde el púlpito presidencial de Palacio Nacional, demuestra la frivolidad que persiste en el régimen lopezobradorista y que se ha convertido en una quimera para quienes han osado enfrentar al sistema gubernamental, han sido victimizados y vilipendiados, es más, quemados en leña verde como se hiciera por designios de la otrora Santa Inquisición.
Qué lastimoso papel juega el referido subsecretario de salud que con tal de conservar el jugoso salario que devenga, pasará a la historia de los funcionarios públicos que sólo denostaron al régimen y que por su cinismo y frivolidad, permanecieron estáticos por la conveniencia de recibir un salario abundante. De eso, no me queda duda.
Pobre sector salud y más, México, su gente, con un López-Gatell al frente de un navío estratégico para nuestro país que se hunde de manera irremediable.
Marco Antonio García
