Violencia, violencia, violencia, y más violencia. Así es como hemos vivido en los 18 años más recientes en México, y esa espiral de agresiones y muerte no logra atenuarse, y mucho menos desaparecer.
Me refiero a todo tipo de violencia: desde los terribles y crueles asesinatos y acciones criminales de grupos organizados para delinquir, hasta la violencia cotidiana que se escenifica entre conductores de vehículos en las calles de nuestras ciudades, en los patios de las escuelas, en los barrios o colonias donde vivimos. Violencia por todos lados.
No es un asunto de políticos. Todos ofrecen y ofrecerán soluciones, pero no garantizan nada. Es un asunto personal. Hemos perdido toda capacidad de asombro, de angustia, de asco ante la violencia cotidiana. Incluso nos hemos acostumbrados a ella, aunque de dientes para afuera digamos lo contrario.
Ya lo había comentado en este espacio alguna vez, pero temo que debo insistir: necesitamos ir construyendo espacios libres de violencia. Pero hacerlo todos, sin esperar indicaciones o permisos de nadie. Necesitamos lograr escuelas sin violencia de ningún tipo. Oficinas o sitios de trabajo libres de agresiones de cualquier índole. Barrios sin pleitos entre vecinos. Estadios sin confrontaciones. Zonas tranquilas, y si se puede ciudades donde un crimen, un ataque, una agresión, sea algo inimaginable.
Y debemos comenzar un día a la vez. Como en los programas de Alcohólicos Anónimos: sólo por hoy. Sí: sólo por hoy no pelear a nadie. Solo por hoy buscar convivencia entre vecinos. Solo por hoy cuidar que nuestra cuadra esté libre de cualquier tipo de agresión. Nuestra escuela. Nuestra zona. Y luego un día más.
Y para ello debemos organizarnos. Pero sin intereses políticos o personales. Que cada quien extienda su intención de no agresión unos metros a la redonda. Ir construyendo células libres y en paz. Y hacer fiesta si logramos que un día, sólo un día, no haya asesinatos en nuestro municipio si vivimos en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Un paso a la vez. Nada más.
Porque estamos siendo invadidos por un cáncer, y no hacemos nada. Hagámoslo hoy. Solo hoy.
