Muere la reina Isabel II, y de inmediato se arma un debate sobre por qué en el mundo de hoy aún existen sociedades que depositan su confianza en una sola persona, como en este caso la cabeza en turno de la monarquía británica.
Veo el debate y pienso que en México no estamos tan alejado del Reino Unido o de las naciones con monarquía. Y antes de que se ataquen o me tilden de loco u otra cosa, me explico: en México está demostrado que, por arriba de las instituciones, los ciudadanos ponemos a una sola persona. No le damos título de rey, pero casi le damos trato de tal.
Por supuesto que me refiero al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero algo similar hemos hecho por décadas con Peña Nieto, Calderón, Fox, Zedillo, Salinas.... y haga usted la cuenta hacia atrás hasta donde lo quiera.
Porque México vive un sistema de gobierno con tres poderes (uno similar al de buena parte del mundo), pero toda nuestra confianza, simpatía, expectativas, anhelos y demás lo depositamos en un solo hombre que, en campaña, nos promete el oro y el moro, y nos llena los oídos con cuentos de cómo en seis años México será un país infinitamente superior al del momento.
Hoy López Obrador, por ejemplo, es el único que manda en México. El Presidente hace y deshace con sus secretarios de Estado (la mayoría de ellos de bastante bajo nivel, y toma las decisiones que quiere sin platicarlas con su equipo. Y además da órdenes a los diputados de su partido, quienes son literalmente sus servidores; coloca magistrados del Poder Judicial y los amenaza desde tribuna; y manda sobre los gobernadores de sus partido, y de buena parte de los que no son sus correligionarios.
Cada presidente ha tenido su cuota de poder omnímodo por seis años. Uno de los más controladores, hasta antes del actual, fue Carlos Salinas; pero todos se han manejado como monarcas.
Así que, mientras la discusión sigue, lo único que pienso es que nosotros vivimos una monarquía... pero sexenal, donde cada fin de periodo gritamos: el rey ha muerto, viva el nuevo rey.
Twitter: @baezamanuel
