Política

Hace 25 años

  • Vida cotidiana
  • Hace 25 años
  • Luis Walter Juárez

Recuerdo cuando llegué no solamente a Torreón hace 25 años, sino a esta bonita región lagunera, era para no creerse por su gente llena de calidad humana. 

Pero también al recorrer sus calles, los cruces en los semáforos eran de cinco a ocho vehículos y eran muchos, por lo que puedo decir que estoy exagerando. 

Las personas tenían en el 1998 gran calidad de vida, no había que preocuparse por la inseguridad, todo mundo se conocía en los diferentes estratos sociales. Muchas familias sabían que su domingo lo disfrutaban saliendo al súper, por lo que para ir a hacer las compras se vestían con sus mejores ropas.

Todo giraba en torno al Santos Laguna y de pasada a los Algodoneros que siempre tenían casa llena y la afición disfrutaba del rey de los deportes. 

En aquellos años era obligatorio contar con una camiseta de los Albiverdes, ya que el equipo estaba en su apogeo, estaba luchando en todo momento por seguir conquistando títulos, mismos que logro con los años venideros. 

Venía de vivir en la ciudad de Monterrey, en donde todo mundo andaba a las carreras, los caos viales eran el pan de cada día, mientras que en La Laguna, tanto de Coahuila como de Durango, los habitantes disfrutaban de esta bonita región, ya que no faltaban aquellos que se iban de paseo a la presa Francisco Zarco y disfrutar de un buen pescado frito, para otros era toda una odisea aventurarse a ir a las Dunas de Bilbao y disfrutar de sus arenas.

No había grandes centros comerciales, no había malls y poco a poco Cuatro Caminos le abrió la puerta a tiendas ancla para que se establecieran en Torreón, Después vino Galerías Laguna. 

En aquellos años había un restaurante llamado La Mina, el cual era muy concurrido, pero de pronto desapareció.

Gómez Palacio tenía su encanto, sus museos e ir a Lerdo, era disfrutar de las nieves de Chepo y además, asistir a disfrutar de una buena corrida de toros. 

Pero lo bueno se acaba y llegó la violencia extrema a desestabilizar a la región, ya que los decesos violentos se empezaron a multiplicar, los secuestros aparecieron por todos lados. Había “levantones”, cobro de piso y muchos inocentes perdieron la vida.

Por fortuna, la calma volvió a llegar y ahora en La Laguna de Coahuila y Durango, se vive en calma, pero con el temor de que aquellos años violentos puedan regresar.


Walter.juarez@milenio.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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