Primero algunas preguntas:
¿El Santos está diseñado para entrar a un PLAY IN? ¿Es ese el objetivo del Santos? ¿el actual plantel está diseñado para esa aspiración, para ese objetivo?
¿Es esa la promesa de mejora y cambio que se le prometió a la afición? ¿este es el máximo alcance de un club que ya ha sido campeón y hoy está (lo vuelvo a repetir) en un Play In y de “panzazo”? ¿está conforme la afición? (de esta última pregunta todos sabemos la abrumadora respuesta).
El camino y el aporte del Santos en este torneo ha sido de migajas, de darle muy poco a su afición y de conformarla y tranquilizarla (por no decir consolarla) con camisetas conmemorativas… Sí, muy buena idea, pero ¿y el futbol? ¿y lo que siempre se promete acerca de una mejora continua?
El Santos ha accedido a un partido para medir su alcance.
Todos sabemos que el futbol del Santos ha sido muy intermitente: un partido bueno, uno malo, uno regular, uno pésimo, alguno muy bueno, pero navegando entre una cantidad brutal de goles en contra y la que es, probablemente, la peor defensa de la historia del club.
Eso sí, también hay goles a favor, y algunos de muy buena manufactura, pero en general, poco futbol y malos resultados en general.
Por eso están en un Play In.
Ante San Luis, el Santos se enmendó por la vergüenza ante Monterrey y por los puntos que dejó escapar ante Mazatlán. Muy bien, se jugó mejor y mereció ganar.
Curiosamente ha sido el mejor partido a nivel defensivo del equipo, pero el actual San Luis ya no es el de las primeras jornadas.
Ya se desinfló, sobre todo en ataque. Pero el Santos siempre nos deja la impresión de que pudo hacer más, de que debió hacer más.
Brunetta y Preciado siguen en estado de gracia, y eso es algo que genera esperanza para cosas inesperadas (para bien).
El Santos siempre ha tenido algo curioso en su genoma: le gusta sorprendernos, para bien y para mal.
No se anda con medianías. O juega muy bien e impacta a todo mundo, o juega muy mal y hace el ridículo.
No hay medias tintas.
Esperemos que nos den alguna maravillosa sorpresa.
En una torneo que otorga tantas facilidades se puede esperar lo que sea, de quien sea, ande como ande.