Luces y penumbras.
Es obvio que el secretario de Gobernación en aquel entonces participó en el manejo de la crisis violenta de 1968; pero Gustavo Díaz Ordaz personalmente se hizo responsable y culpable de lo que había acaecido en la Plaza de las Tres Culturas. Posteriormente, ya de presidente, Echeverría tuvo que ver con el crimen del 10 de junio, producto éste de la decisión del gobernador de Nuevo León, que quería modificar la ley de la Universidad, a través de un Consejo Consultivo Externo.
Ante la reacción de los estudiantes, en la Ciudad de México se organizaron para apoyar el movimiento y el 10 de junio allí sucedió un hecho violento, con muerte de jóvenes, que está oscurecido por la historia.
Sin embargo, hay un viejo refrán que dice que cada quien platica del baile como le fue: México tenía, entonces, un PIB de más de 7% y Echeverría, con un sentido nacionalista exagerado, tal y como sucede en la actualidad, creó algunas instituciones valiosas tales como el Conacyt y el Infonavit; y nuestra UANL, que cuando tomé posesión de su rectoría, en octubre de 1973, tenía 100 millones de presupuesto, para diciembre tenía ya 1000 millones, igual que otras universidades del país.
Así sucedía con muchas universidades con las que el presidente era magnánimo y la Capilla Alfonsina, el Instituto de Ingeniería y miles de metros de construcción, se deben a su preocupación y complejo de culpa por las instituciones de educación, en particular por la superior. También creó el Conacyt, que era indispensable en México.
Es fácil criticar aquella época y las devaluaciones posteriores, por gastos innecesarios, tal y como lo hacemos actualmente, aclarando que entonces los alumnos universitarios estaban muy sensibles y preparados para la lucha social, con la necesidad de participar en la política pública.
Yo conocí a este personaje y nunca le vi mala entraña, pero los hechos los juzga la historia, sin dar derecho de audiencia y tanto esa época como la de López Portillo, para muchos, pueden recordarse como negativas.
Descartes: Pienso, luego existo… La historia recuerda lo negativo y el gobierno es el culpable. Así queda siempre la imagen de los presidentes.
Luis Eugenio Toddluisetodd@yahoo.com