Política

La importancia de las medicinas

Industria vs salud

La industria farmacéutica es, quizá, la segunda o tercera industria más importante que hay en el mundo, después de la del petróleo y sus derivados, y representa una crucial lucha contra las enfermedades, en pos de aumentar las expectativas de vida de la población. Tiene virtudes muy claras, pues a mediados del siglo XX la expectativa de vida era de alrededor de 40 años y ahora nosotros tenemos 76, y otros países llegan hasta cerca de los 90, como en el oriente.

Esa expectativa es multifactorial, demuestra la importancia de los medicamentos, como las vacunas, los antibióticos y muchos otros que alargan la vida y curan o alivian las enfermedades.

La enseñanza de la farmacología y de la terapéutica produce un conocimiento básico y fórmulas genéricas que alivian la mayor parte de los padecimientos. Pero la comercialización ha amplificado enormemente el número de fármacos y por ende, ha entrado al mundo de libre comercio que, nos guste o no, es en el que vivimos en 90 por ciento del mundo actual.

Hace más de 50 años hicimos un estudio, en donde documentábamos que 90 por ciento de los padecimientos se podía curar o aliviar con alrededor de 100 medicamentos genéricos. El otro 10 era de medicamentos específicos para tratamientos de cáncer o de enfermedades hereditarias o de padecimientos poco comunes.

Sin embargo, en esa época ya había más de 4 mil medicamentos en el mercado y pienso que en la actualidad existen cerca de 100 mil, con nombres distintos y un sinnúmero de virtudes y defectos, pues hay medicinas cuyos efectos laterales matan; pero sin ellas no podríamos curar algunos padecimientos. Es decir, hay que tener la formación médica suficientemente buena para buscar el equilibrio entre el efecto terapéutico y los efectos laterales, pues todas las medicinas, aún la aspirina, tienen efectos laterales.

En México, recientemente se desapareció por decreto y con la excusa de que algunas de las industrias eran corruptas, todo un sistema que existía y funcionaba acorde con el ritmo que marca el mundo. Además, había el llamado Seguro Popular, que protegía de las enfermedades catastróficas a los que menos recursos tienen, pues México tiene instituciones de seguridad social que en un tiempo fueron ejemplares en el mundo, pero que ahora sufren los problemas de la burocracia y el Seguro Popular era el complemento ideal.

El régimen actual, con la excusa de la corrupción de algunos, que por cierto nunca demostró, desapareció el Seguro Popular y creó lo que se llama Insabi, que todavía no podemos comprender, puesto que a mí me consta que los pacientes humildes no tienen a dónde acudir cuando sufren algún problema, porque si no tienen seguridad social, están al arbitrio de la medicina de la Secretaría de Salud, que no tiene suficientes recursos para hacer frente, a pesar de las promesas presidenciales, al ofrecimiento de que todo sería gratuito.

El tema se ha hecho más candente por la falta de medicamentos para niños y adultos que padecen cáncer, que antes era una sentencia de muerte, pero que ahora, en muchos casos, se cura o se alivia, y al no existir medicamentos específicos, se condena a muerte a gente inocente.

En síntesis, hay que aprender a vivir con la realidad y utilizar los sistemas de farmacopea y farmacología y la praxis de la industria farmacéutica, dejando a un lado las fantasías de que la ONU puede ser responsable de la distribución de medicamentos.

Descartes: Pienso, luego existo…En el campo de la medicina ojalá logremos el justo equilibrio entre la calidad, la educación y los medicamentos. 


Luis Eugenio Todd

luisetodd@yahoo.com

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