Serio problema: ausencia del Seguro Popular.
El Hospital Universitario depende de ingresos federales, algunos vía la UANL y otros directos, y la atención a la gente humilde dependía del Seguro Popular; estructura que desapareció por haberlo cancelado y cambiarlo por el Insabi, que ya sabemos no funcionó y fue cancelado por esa razón.
En la actualidad, el Hospital Universitario sufre una crisis porque aparte del apoyo directo que dio el gobernador para el cáncer de mama y la atención de los cánceres en los niños, lo cual me parece muy loable y elemental, tiene muchos otros problemas derivados de que desapareció el Seguro Popular y de que muchos pacientes que atiende la institución, por solidaridad social, no tienen recursos para aportar, aunque sea parcialmente, algún pago por la atención tan esmerada de lo que es el mejor hospital general del país, si tomamos en cuenta la calidad y los posgrados de sus profesores.
Además, existe una infraestructura reciente de los directores, anteriores y presente, que permite ese servicio de primera calidad. Pero todo eso cuesta y la institución tiene que hacer milagros para conservar la calidad y la calidez que tiene desde su fundación.
Yo, que conozco bien la institución y que es mi cuna, le pido al Congreso del Estado que dentro del presupuesto que todavía está en entredicho por las diferencias existentes se considere con especial atención un incremento en los ingresos que el Estado tiene por obligación social aportar, preocupándose así por una institución que en su propia médula lleva el concepto de justicia social.
Lo anterior porque la salud es primero, ya que con la desaparición del Seguro Popular la gente sin recursos y que no tiene alguna institución que lo proteja, se enfrenta al problema de que la atención que se daba con el Seguro Popular ya no puede efectuarse en la misma forma que antes protegía a los pobres, exceptuando, como dije, la atención del Gobierno estatal para el cáncer en general y en particular para las enfermedades cancerígenas de los niños.
Descartes: Pienso, luego existo… Todos debemos apoyar con fondos a una institución tan noble que lucha por conservar el derecho a la salud, al margen del estatus social de los solicitantes.