Política

El prestigio de ser mexicano

Ahora en la penumbra de la sinrazón gubernamental.

Yo he tenido varios puestos públicos y uno de ellos fue el de embajador de México en la Unesco, que es el área de las Naciones Unidas que trata la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación. Allí percibí el gran respeto que 186 países que forman parte de la Conferencia General de la Unesco y 56 del Consejo Ejecutivo tienen por nuestro país y, con base en eso, me nombraron, por dos años, presidente del Comité Especial, por donde pasan todos los temas que se tratan en esa institución.

Cuando me preguntaron por qué yo. La respuesta fue que México tiene un amplio prestigio por su identidad cultural, sus valores y su prospectiva de ser un país con visión internacional, y mucha capacidad de llegar al progreso y conservar su cultura, que es ejemplar en América Latina. Todo eso me enorgullecía.

Pero ahora observo que el país va en caída libre, porque los mexicanos que nos gobiernan no están orgullosos de su país. Basta como ejemplo saber que los mexicanos ganaron las Olimpiadas de Matemáticas y la directora de Conade, Ana Gabriela Guevara, que es compleja y contradictoria, no quiso auspiciarlos, igual que no quiso hacerlo con el equipo que ganó la Copa Mundial de Natación, en Egipto.

Tuvo la UANL, con un rector sensible, el doctor Santos Guzmán López, que acudir a pagar. Y en el otro caso tuvieron que vender trajes de baño y bagatelas para asistir a esos eventos internacionales. Tampoco estarán siendo apoyados los 300 deportistas para asistir a la Universiada Mundial a celebrarse en China del 28 de julio al 9 de agosto.

Estos hechos muestran que la política actual no genera competencia, sino lucha. Y todo porque los representantes que escogimos con el voto, muchos de ellos son ignorantes, con excepción de Ebrard, conocedor de la importancia de la política exterior, la que también está bien conducida por Juan Ramón de la Fuente, representante permanente de México ante la ONU.

Yo, que estoy orgulloso de mi país, sigo muy triste viendo el aparato destructor que nunca existió, ni en el siglo XIX. Solo en la Revolución México sufrió en su prestigio.

Descartes: Pienso, luego existo… Cómo añoro el México de antes: el del amor y del prestigio. Ahora hay odio, insultos y la burla internacional.


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Luis Eugenio Todd
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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