Hace ya algunos (muchos) años, me dedicaba yo a la venta de joyería, por lo que trataba con personas extranjeras con ideas y culturas diferentes a las nuestras sobre todo respecto del dinero, cuyas familias entre persecuciones y emigraciones, se habían ganado la vida durante varias generaciones dedicadas a ese giro.
Fue en ese entonces que un día presencié cómo uno de ellos ayudaba económicamente a un paisano suyo, facilitándole los medios para que pudiera seguir trabajando.
La escena captó mi atención, ya que no era usual esa buena disposición del primero, por lo que luego y dada la confianza que teníamos, le pregunté el porqué de esa su buena pero inusual acción, a lo que mirándome risueño simplemente contestó:
“Entre los hombres la amistad es dinero”.
Muchas veces he recordado aquellas palabras durante los 50 años pasados desde aquel entonces, sin que hasta la fecha quedara a gusto con la idea de relacionar amistad y dinero, quizá debido a esa nuestra curiosa idiosincrasia mexicana, que de algún modo nos hace percibir en forma distorsionada el dinero y la riqueza como algo vergonzante o negativo.
Tal vez hoy para entenderla, me sirva revisar la frase y dos de sus palabras.
En cuanto al concepto de “amistad”, creo que basta entenderla como una forma perfeccionada del amor humano entre dos o más personas, un vínculo afectivo profundo y desinteresado, basado en la confianza y la lealtad, que se cultiva con el trato y se fortalece al compartir experiencias o intereses.
Y en lo tocante al “dinero”, comprender que sea poco o sea mucho, más allá de su definición teórica no es otra cosa sino el resultado acumulado del esfuerzo y el trabajo humanos, realizado por una persona durante un lapso de tiempo de su vida, bajo esta idea el dinero es en todos los casos el producto de un tiempo de vida invertido por alguien en generarlo.
Ayudar con dinero a un amigo(a) es entregar algo mucho más valioso que papeles, monedas o dígitos, es tiempo de vida, como un invaluable gesto de profundo afecto entre dos seres humanos, que dignifica a quien lo da y a quien lo recibe.
