¿Sabías que los seres humanos somos seres inacabados?, es decir que en nuestra propia naturaleza aún no está inscrita una finalidad, una vocación o un destino personal, sino que éstos pueden ser imaginados y llevados a fin tal y cómo lo deseemos.¿No te parece maravilloso? ¿Poder decidir ser la persona que quieras ser? Saber que todos aquellos refranes que dicen: que el que nace para maceta del corredor no pasa, o el que afirma que, el que nace para tamal del cielo le caerán las hojas o el que nace para buey hasta la coyunta lame; ¡son falsos! La predestinación no existe, todos estamos llamados y diseñados para ser lo mejor que nos propongamos, pero en nuestro entorno existen innumerables fuerzas retrógradas que buscan que esto no sea posible y pretenden hacernos creer, en una lucha de competitividad, egos y descréditos que no vale la pena ni intentarlo.Hay quienes se empeñan en hacernos creer que si nacimos pobres, ignorantes, desgraciados, dependientes, malos, enfermos, “sin estrella”, etc.; tales condiciones son insuperables.
Pues todo ello es una trampa y en tus manos está el poder demostrar lo contrario.
La especialización del mundo nos hace creer que no puedes aspirar a tener una formación enciclopédica o generalista, la alta velocidad y una economía de utilidad y futilidad, nos ha llevado a creer que no puede haber relaciones permanentes, soportadas en valores trascendentes e incaducables. Una sociedad utilitarista nos lleva a despreciar aquello que vale por lo que es, el edonismo y el placer nos llevan a seguir caminos cortos y fáciles, sin esfuerzos, inmediatos, pero todos sabemos que no es así, sabemos que lo que vale la pena implica esfuerzo, que no es lo común, lo fácil, pero tampoco es imposible.
Es importante que sepas y recuerdes esto, ¡tú puedes!, eres una tarea para tí mismo, estas llamado a ser el mejor de todos y lo único que tienes que hacer es creerlo y perseverar en el sueño y la visión de tí mismo. Quienes te han hecho creer que el perdón y el arrepentimiento no sirven y no valen, son los que han decidido fracasar y no desean hacerlo solos.
Cada uno de nosotros puede y está llamado a ser mejor que todos los que en su persona, generación tras generación le han antecedido.
El mundo, México, tu sociedad, tu familia te necesita y antes que todos tú eres el primer necesitado de tí. Aprende a mirarte como el gigante que habita tu persona para que puedas apreciar en los demás a otros gigantes, cuando esta visión, esta manera de verte y ver al otro con la grandeza que poseen, el mundo, tú, los tuyos, todos cambiarán. Yo confío plenamente en tí.
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