En esta carta quiero agradecer de nuevo las enormes bondades que he recibido de algunos amigos, quienes me han apoyado en todo momento y quienes han estado siempre cercanos.
Agradezco las bondades que he recibido de Carlos Portal, de Jaime Maravilla, de Claudia Landázuri y de Laura Martínez.
Durante este periodo de cambio constante en mi vida y de necesaria adaptación a nuevas y diferentes estructuras y formas de trabajo, he recibido un apoyo constante de estos amigos.
He encontrado en ellos un apoyo incondicional y una atención permanente.
Fuimos compañeros y amigos de trabajo durante muchos años y a través de todo ese tiempo recibí solamente un enorme apoyo incondicional de su parte.
La vida nos separó porque Dios o el destino así lo tenían dispuesto. No obstante, aún ahora me encuentro vinculada a ellos por diferentes medios y conductos.
Sé que lo que dejé atrás fue lo mejor que hay. Sin embargo, la vida me ha conducido a ir siempre adelante y a avanzar…a no temerle al cambio y al constante flujo de adaptación a las nuevas circunstancias de vida.
A madurar y a hacer más consistentes mis relaciones de amistad. A aprender a respetar los tiempos y los espacios de cada quien, a no avasallarlos con mi tendencia natural a la sobreprotección y con mi enorme intensidad.
He aprendido a querer sin asfixiar y a frenar el ímpetu de mi enorme energía.
A aceptar con mansedumbre lo que la vida me ha regalado, a nutrir mi existencia con la riqueza que me brinda la espiritualidad.
La vida me ha conducido a caminar por rumbos diferentes y a aprender a responderle a la existencia, siempre desde una nueva perspectiva y una condición de vida distinta.
Y todo ello exige fortaleza y demanda tiempo e inversión de energía y la sensibilidad se resiente y por momentos parece que los vendavales la golpean y la lastiman.
Pero la fortaleza del espíritu me sostiene y me mantiene firme.
Amigos, muchas gracias porque de ustedes he obtenido una enorme riqueza y un enorme sostén.
Gracias, muchas gracias.
cabramontes57@gmail.com